LECTURAS

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 02/09/2012

PEÑA NIETO PARA AFICIONADOS

“seis gobernadores del Estado de México
serán originarios de estas tierras y uno será Presidente”
Francisca Castro Montiel. Atlacomulco, México. 1940.

Bueno pues ya está, el nacido en la ciudad de México (aunque reconocido como de Atlacomulco, México), el 20 de julio de 1966, desde el pasado viernes 31 de agosto ya es el Presidente electo de México, según el fallo del Tribunal del Poder Judicial de la Federación, que con ello ratificó la calificación del Instituto Federal Electoral (IFE) respecto a la votación mayoritaria obtenida por el candidato del PRI Enrique Peña Nieto, el domingo 1 de julio de este 2012.

Así, desde el 1 de diciembre de este mismo año y hasta el 30 de noviembre del 2018, si otra cosa no sucede, Enrique Peña Nieto, el mexiquense, despachará desde el Palacio Nacional y legítimo huésped de la conocida Residencia Oficial de Los Pinos, como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Decisión inatacable del máximo órgano electoral que reitera la certidumbre legal de todo el proceso no obstante la prevista cuanto contumaz necedad de enturbiarlo con acosos, chantajes, descalificaciones y demás balandronadas contra ésta y las demás instancias, sin excepción, víctimas de quienes hasta el cansancio demandan la aplicación de sus porfiados caprichos como ley.

Para llegar hasta aquí, Peña Nieto, el ahora Presidente electo (padre de 5 hijos: dos niñas y un niño con Mónica Pretellini (+): Paulina, Alejandro y Nicole y de otros dos, ambos fuera de su matrimonio, uno más que procreó con Maritza Díaz, Diego Alejandro, el menor de su prole y otro que tuvo con la publicista Yessica de Lamadrid Tellez, de nombre Luis Enrique, fallecido de un año escaso víctima de Cáncer en 2007) ha recorrido un largo y sinuoso camino, sin menoscabo de su edad, 47 años y su meteórica carrera pública, como la denominan sus biógrafos.

Este fenómeno electoral que ha ganado de todas, todas y que entre las encuestas del corazón según, ya desplazó como “Presidente más guapo” a su extinto paisano Adolfo López Mateos, caro ha pagado el costo de su éxito, ha tenido de todo en su vida, desde la enfermiza primera infancia cuando antes de cumplir el primer año de vida (1967) por espacio de minutos estuvo clínicamente muerto, la separación de su hogar siendo adolescente, su inesperada orfandad cuando falleció Enrique Peña del Mazo, su padre (2005) quien no lo vio Gobernador, hasta la otra desgracia, casi simultánea, de perder a su esposa y al menor de sus hijos.

El hombre que hoy se constituye en el sucesor más acabado del grupo Atlacomulco, fundado por el Isidro Fabela Alfaro, es el primero en arribar a la Presidencia (López Mateos, aunque identificado con ellos era de Atizapán) para cumplir con la profecía. El, el “aplicado”, el que por una época se vio sacerdote; el “orgullo de doña Coco”, su Madre, la que además de a él, engendró a Arturo (1968), a Verónica (1969) y Ana Cecilia (1978); su Madre, la hija de Enrique Nieto Montiel y de Ofelia, hermana del exgobernador Salvador Sánchez Colín.

Enrique Peña Nieto, el ahora en segundas nupcias es el flamante esposo de Angélica Rivera “la Gaviota”, madre de tres hijas, será el Presidente número 65 desde el nacimiento de la República con Guadalupe Victoria en 1824, el 15º del PNR, PRM y PRI después de 85 años, en ocupar la máxima magistratura, el primero luego de haberla perdido consecutivamente (2000-2006) y que lo tendrá que hacer con un estilo diferente de gobernar obligado por las circunstancias políticas en que arriba, para resolver un sinfín de exigencias sociales manifiestas y un cúmulo no menor de expectativas puestas en él, para hacer de este país la nación que merecemos y que demandamos las y los mexicanos.