COMENTARIO HOMILÉTICO

Administrador Colimapm | Opinión | 11/05/2025

CRISTO EL ÚNICO BUEN PASTOR QUE EL MUNDO NECESITA

(JN 10,27-30)

POR: Pbro. Jorge Armando Castillo Elizondo

El cuarto domingo de Pascua está dedicado al reconocimiento de Cristo como Buen Pastor, una figura muy significativa para la tradición bíblica ya desde el Antiguo Testamento; así también, es una imagen que describe la profundidad de la relación entre Dios y su pueblo. Dios mismo será quien guiará, alimentará, defenderá y congregará en la unidad a su rebaño. De hecho, las palabras del profeta Ezequiel manifestaban que Dios mismo sería el pastor de su pueblo: “He aquí que yo mismo apacentaré a mis ovejas” (Ez 34,1-9). Por este motivo, Jesús lo afirmará con convicción: “Yo soy el buen Pastor y conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí” (Jn 10,14)”. Cristo representa y encarna claramente esta figura. Las ovejas le pertenecen porque Él es el pastor y ahora resucitado, puede estar más cerca de cada una de ellas, ya no habrá distancia en tiempo y espacio para poder ejercer su misión de Pastor.

Esta misión ha sido confiada por Cristo a sus discípulos. Recordemos el domingo anterior cuando pide a Pedro le confirme su amor, para después encomendarle a sus ovejas: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas” (Jn 21,17). Cristo confía sus ovejas a la guía de Pedro, no para alejarse o desinteresarse mientras otro ejerce o realiza este oficio en su nombre, al contrario, lo hace para hacerse presente también por medio de una mediación humana, concreta, y disponible, que sea un eco de la voz del Pastor.

El hombre sobre este mundo necesita de los cuidados del Buen Pastor. Si dijéramos que la figura del pastor es una figura insignificante y carente de sentido para las nuevas generaciones, tendríamos que cuestionarnos los elementos que esta figura envuelve: guía, alimento, cuidado, defensa, protección y no solo en el plano humano sino también espiritual. Si el hombre de hoy no tuviera necesidad de todas estas cosas, seria justificable decir que la imagen del pastor no es significativa, pero no es así. Siempre necesitamos una guía y una dirección para nuestra vida, y más cuando son tantas las posibilidades que se proponen y muchas de ellas marcadas por el egoísmo, el odio y la muerte.

La cultura dominante, cada vez más atea e inhumana, pretende suplantar el lugar de Dios, lo cual será imposible; aunque en el intento, proyecta un estilo de vida, una moralidad y hasta una religiosidad que no hace otra cosa que dividir, dispersar y destruir. Bien le está la figura del mercenario, al que “no le importan las ovejas” sino el beneficio que ellas procuran, de esta manera, el hombre privado de la fe y de la confianza en el cuidado de Dios como pastor, entregará el proyecto de su vida en manos de quién solo busca destruir.

Así pues, La figura de Cristo como Buen Pastor no es una “idea bonita” para las conciencias católicas, es la misión del Hijo de Dios en medio de nosotros cuya autoridad va más allá de la misma confesión cristiana. Cristo es el pastor universal, constituido pastor por encima de todas las culturas, credos y religiones; no es un pastor de tantos o un fundador de religiones, como cualquier otro, Cristo es el mismo Dios entre nosotros y por su autoridad le compete el título del único Buen Pastor. El hecho de que sea desconocido, ignorado, rechazado o combatido no desmerece en nada su poder, su autoridad y sobre todo sus cuidados de Pastor universal, que son evidentes para los que sí le conocen, creen en Él, lo aceptan y lo anuncian.

Que el nuevo Pastor que Cristo ha dado a la Iglesia de estos tiempos, en la figura y persona de S.S. León XIV, nos ayude a reconocer la voz del único pastor y caminemos juntos hacia los pastos de vida eterna que sólo nuestro Señor nos puede ofrecer.