PUPITRE AL FONDO

Administrador Colimapm | Opinión | 30/01/2025

UN COCODRILO EN EL SALÓN

POR: Blanca F. Góngora

A mi salón de clase llevé un cocodrilo que conmovió e hizo derramar, a más de uno, un par de lágrimas. Estuvimos analizando diversos textos literarios en español para expresar un juicio estético. Leímos cuentos, en esta ocasión los clásicos de los hermanos Grimm, analizamos poemas, escuchamos a Jaime Sabines, a Mario Benedetti, leímos a Neruda, pero también le seguimos con canciones a su libre elección y para concluir les llevé un cortometraje español. Siempre les explico que las películas antes de ser películas se vieron plasmadas en guiones, es decir, en escritura y que la escritura/lectura es el punto de partida y debe ser también el de llegada.

El cortometraje lleva por nombre “Cocodrilo” hecho por el guionista y director de cine español llamado Jorge Yúdice y estrenado en el 2019. Tiene una duración de 5 minutos que dan para mucho tema de conversación y reflexión.  Ellos veían hacia la pantalla (les presumo que en los salones de mi secundaria tenemos pantallas y proyectores) y yo, sentada en mi escritorio con mi colibeca-computadora (debo reconocerlo/agradecerlo) de frente a mí, de modo que yo veía mi pantalla, pero a decir verdad los estaba viendo a ellos.

En los cinco minutos que duró el cortometraje pude ver cómo el semblante de mis alumnos cambiaba, como esos videos en cámara rápida que muestra el cambio de los rostros de las personas a través de los muchos años. Así mis alumnos. Les vi conmoverse, les vi el asombro, la sorpresa, se tapaban disimuladamente la cara para no delatar sus emociones y vi incluso a unos cuantos niños (de esos que a simple vista “no les mueve nada”) a punto de soltar la lágrima.

¿Por qué? porque más de alguno se vio reflejado en el video, porque hay muchas relaciones rotas con sus madres, padres o tutores, porque añoran sentirse amados, porque desean que sus padres les manifiesten su amor también en palabras y con pequeños actos. La reflexión y comentarios de ellos fueron muy enriquecedores y yo tuve que confesarles que para mí la mejor película fue verlos a ellos mientras veían Cocodrilo.

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