ENTRE LÍNEAS

Administrador Colimapm | Opinión | 16/01/2025

POR: Raúl Merced Lares

CHRISTIAN Torres Ortiz Zermeño es uno de los mejores rectores de las universidades en nuestro país. El rector de la Universidad de Colima, de acuerdo a encuesta que hizo entre la población colimense una revista estadunidense en México, se encuentra entre los 11 con mejor evaluación en su desempeño, según el VI Ranking de Rectores de 35 Universidades Públicas. CE Research reportó que, en el porcentaje de aceptación, el rector de la Casa de Estudios en el estado mejoró respecto al ranking anterior, ya que en la medición actual tiene 55 puntos porcentuales, mientras en la medición de agosto del año pasado registró un porcentaje de 48 puntos. Lo importante para el rector y la UdeC es que esta encuesta no se levantó entre los universitarios, entre quienes tiene una alta aceptación, sino entre la población colimense en general, lo que representa un reconocimiento de muchos ciudadanos al trabajo del rector de la UdeC. Lo dicho: Christian está puesto para lo que venga en los próximos dos años. Falta que se lo permitan.

LO que pasó la semana pasada en el Congreso del Estado no fue cosa menor. Por eso tal vez el gobierno implementó un fuerte operativo de seguridad con decenas y decenas de elementos para garantizar que la sesión se consumara sin ningún problema. Y es que los diputados de Morena y sus incondicionales aprobaron ese día por la vía fast track, sin consultar a la comunidad jurídica, la reforma constitucional al Poder Judicial, con la que se instituye la elección popular en junio de este año para magistrados y jueces locales. Esta reforma a la Constitución local establece la creación de un Tribunal de Disciplina Judicial, integrado por cinco magistrados electos por los ciudadanos colimenses, y de un órgano de administración judicial, conformado por cinco integrantes designados por los tres Poderes del estado, mismo que se encargará de la administración y carrera judicial. Para bien o para mal, con esto se terminará un sistema judicial que imperó por muchos años en la entidad y ahora comenzará uno nuevo que sin embargo nace con la interrogante de si realmente podrá mejorar la impartición y la administración de la justicia o si seguirá igual o peor, pues, como lo denunció la oposición en el Congreso local, es una reforma Constitucional que se aprobó sin consultar a los jueces, barras y colegios de abogados o instituciones educativas; es decir, a los especialistas (como también antes se hacía). Por la forma en que se viene conformando este nuevo sistema de justicia, lo que sí podemos decir es que seguramente continuará la deuda pendiente que se tiene con la gente: hacer justicia. Seguramente, los intereses seguirán imponiéndose en no pocos casos o asuntos, sólo que ahora serían los de Morena. O sea, lo mismo, pero de otro color.

EL presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, calificó a México como “un lugar peligroso” y afirmó que el país está “esencialmente gobernado por los cárteles”. “México está realmente en apuros, muchos apuros, es un lugar muy peligroso”, añadió al reiterar que el país está “esencialmente gobernado por los cárteles, y no podemos permitir que eso ocurra….”. Hay algo de esto (basta ver la política de “abrazos, no balazos”). Sin embargo, esta declaración del próximo presidente de EU nos hace recordar aquella lamentación de que “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, pues México no tendría este gran problema si los vecinos del Norte no sólo fueran los principales consumidores de drogas en el mundo, sino que también no hubiesen convertido el narcotráfico en un gran negocio con la venta de armas a los grupos delincuenciales. También nosotros no tenemos la cara para reclamar al gobierno de EU de que no hacen nada para que su gente no caiga en las drogas, pues en México cada vez son más y más los mexicanos que las consumen (cada año se reporta por todas partes que van en aumento). En pocas palabras, ni el gobierno de México ni el de EU tienen calidad moral para quejarse de la grave situación ni lanzar amenazas. Lo más importante es que el gobierno de México detenga y resuelva este gran problema que afecta a los mexicanos y deje de distraer la atención porque una eventual intervención militar de EU por este problema se daría en la frontera, no en el país, como quieren hacer creer morenas y morenos.

A propósito, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, invitó a su toma de posesión a mandatarios como el argentino Javier Milei, el salvadoreño Nayib Bukele y el ecuatoriano Daniel Noboa, entre otros, dejando fuera a otros como la mexicana Claudia Sheinbaum y el brasileño Lula Da Silva. Mala señal para la presidenta, y para nuestro país.

EL gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó la campaña “Aléjate de las drogas; el fentanilo te mata”, con el objetivo de prevenir el consumo de drogas, en especial entre adolescentes y jóvenes. Durante su presentación, Sheinbaum subrayó que, aunque en México no existe una crisis de fentanilo como en Estados Unidos o Canadá, es necesario actuar antes de que este problema afecte al país. “No queremos que el fentanilo llegue a México; queremos que se conozca el daño que causa”, explicó. Suena bien este esfuerzo, aunque esperemos que se lleve a cabo en su cabalidad y no se quede a medias, sin resultados, como ha sucedido con otros programas o planes anteriores que sólo ponen en marcha simuladamente para decir que están combatiendo equis problema, pero no dan resultados. De acuerdo a esta campaña, la prevención se impulsará en las escuelas y la atención seguirá dándose en las instituciones de salud. Sin embargo, faltaría hacer acciones comunitarias de conciencia y de recuperación de valores en la familia -por ejemplo-, allá en territorio, pues en el seno familiar, en la comunidad, está el verdadero origen del problema debido, principalmente, a la violencia y desintegración familiar.

LOS trastornos mentales y el consumo de drogas tienen la similitud de que cada vez aumentan y aumentan. Y es que problemas mentales como ansiedad y depresión, sobre todo, van en aumento cada año (no se diga en 2020, 2021 y 2022 debido a la pasada pandemia), pero lo más grave de esta situación es que se haga poco o muy poco para contener tal problema que se ha vuelto silencioso por el estigma que los rodea, cuando de entrada se debiera entender y asimilar que tener estos trastornos no quiere decir que estemos locos y que sí necesitamos recibir atención o apoyo psicológico o psiquiátrico para controlarlos. Por lo pronto, la directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Tecomán, María Eugenia González Ávalos, alertó sobre el incremento de casos de ansiedad y depresión en la población local y opinó que esto no es un asunto sólo del gobierno, ya que esto requiere una atención integral que involucre a las familias y aborde factores como las adicciones, que pueden ser detonantes de trastornos mentales, aunque también hay otros factores que desencadenan estos problemas como el uso excesivo de videojuegos, la desintegración familiar, la violencia y el acoso escolar. Sea como sea, nos parece que la gente también debe buscar atención y no encerrarse en estos problemas, antes de que se les compliquen más y entonces, sí, no poder salir de los mismos. Y para eso, lo primero que deben aceptar es que no están locos, pero sí necesitan ayuda. Y si no tienen recursos para pagar a un psicólogo o psiquiatra, una opción es acercarse a los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones que tiene la Secretaría de Salud en Colima, Tecomán y Manzanillo.