LOS GABINETAZOS
Según como se dieron las cosas en la pasada elección, los partidos políticos y sus representantes en cargos de elección están más que nunca obligados a ser congruentes a corresponder a ponerse las pilas. La gente con su voto premió a los que respondieron, sancionó a los que no y dio el voto de confianza a los nuevos, incluidos quienes no obstante ya con carrera no habían pasado por el escrutinio de las urnas. No es lo mismo llegar por los cuestionados acuerdos cupulares y cuotas corporativas que con la legitimidad del sufragio.
El PAN, el PRI y el PRD con sus tres, seis y un municipio, respectivos, tienen el imperativo de responder, dar resultados, legitimar sus triunfos. No deben darse el lujo de volver a las prácticas que la gente aborrece y que como hemos visto ya no tolera. Nada de improvisar en los cargos, nada de ver el cargo público como el botín de los cuates y los familiares, ni la función como la oportunidad patrimonial de unos cuantos, nada de nuevos ricos, nada de simulación ni demagogia, no más nepotismo ni compadrazgos, no a la lesiva corrupción.
En Armería llegó con el PRI en plena alternancia partidista una profesionista reconocida por su don de gentes más que por una carrera pública ostensible, del equipo que logre conformar la alcaldesa electa dependerá el crecimiento en sus naturales aspiraciones. En Colima arriba uno de los cuadros mejor posicionados del priismo local, quien con creces y amplias expectativas se impuso a otros que como él, ya se veían en la antesala de la gubernatura, trayecto duro por caminar ya que la capital así como muestra expone y por tanto desgasta.
Comala, una vez más ha jugado con los colores partidistas y da la oportunidad a otra cara que en esa medida ha sembrado esperanzas que le exigirán resultados con un gabinete que no se debe dar el lujo de experimentar y menos cuando no hay mayor tiempo. Lo mismo pasará en Coquimatlán, donde el único cuadro visible del panismo llegó a ese espacio donde se obliga no solo incluir a sus correligionarios relegados, sino también a los ciudadanos que gustan aportar y están capacitados para tareas municipales.
En Cuauhtémoc la primera alcaldesa perredista y del municipio, si es que quiere trascender a su hito histórico junto con la franquicia que representa y que con suerte rescató de la segura inanición, se obliga a tener una actuación calculada, a no confiarse y de entrada a quitarse lastres y aquí, por obvio, se incluyen vínculos filiales y de algunos correligionarios que ya se ahogan en la tentación de ejercer el poder tras el trono, de ella dependerá. En Ixtlahuacán, con la presunta escisión sindical las cosas estarán complicadas para el alcalde entrante, sobre esto cabría una seria explicación del priismo de aquel lugar, incluido del alcalde saliente.
El PAN en Manzanillo envejeció, sus cuadros ya están en retiro, se desgastaron en su egoísmo y no construyeron nueva militancia, conscientes, su última apuesta la hacen por un prospecto que ya no les puede garantizar nada nuevo más que trabajo mediático, con el que otra vez buscará posicionarse para la estatal.
En Minatitlán, hasta hoy el municipio tricolor más hegemónico, la exigencia no será menor en razón de que la gente ya manifiesta inconformidad ante la poca rotación de cuadros locales. Tecomán y Villa de Álvarez tendrán que operar una similar reivindicación con la sociedad, pues al igual que los de Colima y Manzanillo, por su número de votantes, los alcaldes resultan candidatos lógicos para la gubernatura, con el agregado de que ambos priistas vencieron adversarios que ya se veían en el siguiente nivel y la diferencia notable que el de la Villa sacó una ventaja mucho mayor que de inicio lo pone al frente en sus aspiraciones.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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