De la campiña a la revolución digital

Ultramedia | Opinión | 28/07/2012

• Un recuento de la ceremonia inaugural de Londres 2012

Candelario González Santana|ULTRAMEDIA

STRATFORD, Londres, Inglaterra.— Comienza la fiesta de la humanidad. La celebración que detiene al mundo al menos por dos semanas con la mirada puesta en la cancha, la pista, el campo, la alberca.

Pero al lado de la atmósfera deportiva, la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres fue también mostró la otra cara de la justa: el lado artístico y cultural.

Y vaya que al hablar de la cultura británica, la riqueza literaria y musical se percibe a flor de piel en el estadio olímpico, cuyas rutas de acceso a bordo del Tube o Underground son celosamente resguardados.

Junto con los Usain Bolt, los Michael Phelps o los Louis Smith, también se pasea Shakespeare al reproducirse algunos fragmentos de sus obras con Kenneth Branagh. A ello se suman los carros de fuego y la poesía de William Blake.

Los mundos de Pamela Lyndon Travers reviven la genialidad infantil con los montajes de Mary Poppins y para el humor situacional de la comedia inglesa, nada más espontáneo que la aparición de Rowan Atkinson mezclándose con la solemnidad de Vangelis a ritmo de “Chariots of Fire”.

Pero todo este cuadro por el que también pasean las ilusiones de diferentes generaciones de adolescentes a lo largo de una simbólica tubería que es el metro londinense, también se dejan escuchar las voces de The Who, The Beatles, Rolling Stones, Sex Pistols, Queen, Frankie Goes to Hollywood, New Order, Prodigy, Eurythmics, Muse o Amy Winehouse, por nombrar algunos.

A todo esto se añade la genialidad de Danny Boyle, quien gracias a su laureada labor en filmes como “Slumdog Millionaire”, “Shallow Grave”, “127 Hours”, “28 Days Later”, “Sunshine” y “Trainspotting”, se ganó a pulso el honor de dirigir el prologado pero impresionante número artístico de la ceremonia inaugural.

Esta también fue el marco idóneo para el reconocimiento del llamado creador de la “world wide web”, Tim Berners-Lee y al mismo tiempo, una auténtica pasarela con los uniformes a cargo de diseñadores como Ralph Lauren o Salvatore Ferragamo, y que ya se han convertido en tema de conversación tanto en medios de comunicación como en redes sociales en diferentes latitudes del mundo.

El trabajo de Doyle, de hecho, fue catalogado como “surrealista y lleno de movimiento” de acuerdo con las primeras ediciones de medios como el rotativo “The Guardian”, uno de los de mayor circulación en el Reino Unido.