Aquila, Mich. En el marco de las celebraciones Guadalupanas de México, destaca la historia de mamá Virgen Santísima María de Guadalupe de Ostula, misma que cautiva a miles de fieles que en diciembre de cada año peregrinan a la costa/sierra nahua michoacana al templo de la cabecera comunal ostulense, donde se venera la imagen que está próxima a cumplir 500 años de ser adorada en los altares construidos exprofeso y de hacer milagros.
En la iglesia, el fiscal, el juez, el alguacil, los cargueros y los priostes dan a conocer que la Virgen de Ostula es muy milagrosa y que de ello dan fe los cientos de ofrendas llamadas “milagros” dejadas a los pies de la imagen, la que destacan, en sí misma es un milagro, ya que no admite ser retocada, pues si alguien intenta repintarla, al día siguiente la pintura aparece en el suelo.
Al contar la historia de la aparición de la imagen, transmitida a través de la tradición oral, se narra que hace muchos años, poco después de que los españoles llegaran a Ostula, un grupo de indígenas fueron a México citados por las autoridades religiosas de ese entonces, tardando 15 días en llegar a su destino, y que antes de regresarse pasaron al Tepeyac a hablar con la Virgen de Guadalupe, a la que náhuatl, le dijeron lo mucho que la querían y cuánto les gustaría llevársela; le prometían que le harían danzas, ofrendas y todo lo digno para una reina, despidiéndose de ella e iniciaron el regreso a su pueblo, pero en la noche en el lugar donde pernoctaron en el campo, notaron que junto a sus cosas había un pergamino muy grande, y al abrirlo vieron que era la imagen de la Virgen Santísima María de Guadalupe, y temiendo que los acusaran de robo, se regresaron a devolverla.
A la noche siguiente volvió a suceder lo mismo y de nuevo se regresaron a devolver el pergamino al Tepeyac, donde el religioso que los atendió les dijo que si de nuevo aparecía la imagen en sus cosas, que se la llevaran y la veneraran porque ese era el deseo de la Virgen, el irse con ellos.
En la tercer noche otra vez al hacer un alto en el camino para descansar en el campo, volvió a aparecer la imagen, y esta vez ya no pararon hasta llegar a Ostula, donde la recibieron con un gran festejo, y como lo acostumbran en las localidades de la costa, la colocaron viendo hacia el mar, pero sin importar en que la fijaran en esa posición, siempre al día siguiente amanecía volteada, hasta que entendieron que esa era la postura que quería, viendo hacia el Tepeyac, “donde está su hermanita”.
Ya en tiempos recientes, se cuenta que investigadores religiosos dieron fe de que el lienzo donde está la imagen de mamá Virgen Santísima María de Guadalupe de Ostula, es igual al de la Virgen del Tepeyac, en un hecho que enriquece los motivos para venerar a la santa protectora de los ostulenses.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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