*“Los premios sin duda te dan mayor reconocimiento, te acercan a nuevos lectores y en lo personal me han traído amigos, eso es lo que siempre digo que me ha dado la poesía, me ha dado muchos amigos”, concluyó el poeta colimense
Temas como la migración, el desplazamiento, el autoexilio y la búsqueda de la identidad propia son abordados en la más reciente obra poética del escritor Ihovan Pineda titulada “Del otro lado llegaba mi angustia”, que obtuvo recientemente el Premio Estatal de Poesía Manzanillo Mar adentro 2024.
Entrevistado sobre su propuesta ganadora, el poeta y trabajador de la Universidad de Colima señaló que dicho proyecto inició en junio del año pasado, al participar en la convocatoria del PECDA en la categoría de creadores con trayectoria, con el objetivo de recibir apoyo para trabajar en la creación de este poemario.
El texto, comentó, inicialmente tenía el nombre de “El exilio estaba en casa”. Cuando salió la convocatoria para el Premio Estatal de Poesía Manzanillo 2024, comentó, “decidí participar también, completando las 50 cuartillas que eran parte de los requisitos, además de tallerear el texto con otros escritores y con mi asesor Adín Valencia”.
Señaló que participaron en este premio cerca de 200 creadores. El jurado estuvo integrado por tres jóvenes escritoras: Aketzaly Moreno, Tania Jaramillo y Yanira García, quienes votaron de manera unánime para que su poemario resultara ganador. “Esta obra me ha dado muchas satisfacciones, en un primer momento, por el apoyo que recibió del PECDA y ahora al resultar ganadora del Premio Estatal de Poesía Manzanillo 2024”.
Dijo que en este poemario busca dar al lector la sensación de desplazamiento y movimiento que viven los migrantes, describiendo los distintos escenarios por los que atravesó, empezando por la ciudad de Colima, pasando por Mexicali y luego por el estado de California hasta llegar a Virginia, donde estuvo trabajando el año pasado.
“Precisamente el nombre del libro refleja una realidad en la que llegan los dólares que el padre envía desde Estados Unidos, pero también llega el recuerdo de ese papá que falta, que no está. Dejas el amor, dejas a tu pareja y a los hijos por enviar dólares y buscar una mejor vida”, agregó.
Otro elemento importante del poemario, añadió, es el rescate del vocabulario y la jerga de los migrantes catrachos (hondureños), chapines (guatemaltecos) y los mexicanos, con palabras como la moya, que hace referencia a las mujeres morenas y exuberantes o el baja-avión, que son dulces y chocolates que comían los compañeros para disminuir y disimular los efectos de algún estupefaciente, entre otros.
“Es un libro que nace de la vivencia con guatemaltecos, hondureños y gringos, en lo que no llamaría un choque cultural sino más bien una síntesis, conjugación y sinergia de culturas”, dijo.
Por otra parte, el entrevistado señaló que si bien ha escrito otros géneros literarios como el cuento, la crónica o el ensayo, la poesía siempre ha estado muy presente desde que estuvo en el Seminario Menor de Colima, donde descubrió por primera vez a los poetas místicos. “Después, al egresar de la licenciatura en Letras de la Universidad de Colima, me he centrado más en la poesía, por la síntesis del lenguaje que permite, por su brevedad y por la intensidad que puedes lograr en un verso, ya que con muy poco puedes decir mucho”.
Un elemento más presente en la obra es la música mexicana, ya que aparecen en las páginas del libro epígrafes con fragmentos de canciones de grupos como “Los tigres de Norte” o “Los Terrícolas”, que son las que habitualmente se escuchan cuando los migrantes mexicanos van hacia su trabajo. “Al final, la música es parte de la identidad, tú escuchas a Los Tigres del Norte y te acuerdas de tu México, de tu tierra y de tu gente”.
Al respecto, añadió que el ritmo y la fluidez son aspectos muy importantes al momento de escribir su poesía, y al igual que sus anteriores libros: “Por las calles de L.A.” y “El diario con un psiquiatra”, su libro “Del otro lado llegaba mi angustia” está constituido como un poema de largo aliento. “Me gusta tener un buen ritmo, de tal manera que el libro te lleve sin parar a través de sus páginas y que el lector no quiera detenerse hasta terminarlo”.
Dijo también que el libro plantea cuestionamientos sobre quién somos como personas y como sociedad y representa al mismo tiempo, un homenaje a todas esas personas que han tenido que migrar para tener una mejor vida y que dejan lo más valioso que tienen atrás, que es el amor de sus familias. “Te vas buscando una mejor vida, pero al final lo que andas buscando es a ti mismo”.
Finalmente, sobre su sentimiento al saberse ganador de este premio, Ihovan Pineda aseguró que principalmente le genera una gran satisfacción, no sólo por su libro, sino también porque es un premio a la trayectoria de dos décadas escribiendo y publicando poesía, tallereando e impulsando proyectos literarios.
“Los premios sin duda te dan mayor reconocimiento, te acercan a nuevos lectores y en lo personal me han traído amigos, eso es lo que siempre digo que me ha dado la poesía, me ha dado muchos amigos”, concluyó.
Sobre la obra “Del otro lado llegaba mi ausencia”, el jurado calificador del Premio Estatal de Poesía Manzanillo Mar Adentro 2024 señala que: “ahonda en la contradicción del desplazamiento y los cuestionamientos ontológicos que implica cruzar fronteras y la falta de pertenencia, a través de un léxico directo, breve y valiente que, en lo popular y lo sencillo, encuentra el camino para trazar escenarios descompuestos. Se suma, además, a la tradición de la poesía fronteriza. Las imágenes poéticas, el ritmo y la contundencia dejan ver un poeta que domina su oficio”.
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