La comunidad de Cuyutlán, el municipio de Armería, Colima, se encuentra en estado de alerta ante el proyecto propuesto por la empresa Fermachem para la construcción de una planta de urea y amoniaco en una ubicación crítica, encontrándose a escasos 3 kilómetros del centro del municipio y en las proximidades del Vaso IV de la Laguna de Cuyutlán, un humedal de importancia internacional protegido por la Convención RAMSAR. Además, dicha planta estaría cercana al Estero Palo Verde, que actualmente es de gran relevancia ecoturística, y al Tortugario de Cuyutlán, un emblema de conservación de especies amenazadas para todo el Estado.
Este proyecto contempla la construcción de dos tanques de almacenamiento de amoniaco con una capacidad total de 20 mil toneladas. Dicha sustancia es altamente corrosiva y representa un peligro para la salud humana, ya que su exposición puede causar graves daños a la piel, los ojos y los pulmones, incluyendo la posibilidad de ceguera permanente, enfermedades pulmonares y hasta la muerte. La misma Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) reconoce que la ubicación de la planta es altamente sísmica, susceptible a inundaciones y expuesta a huracanes y ciclones, lo que aumenta el riesgo de fugas que podrían poner en peligro a las más de 15 mil personas que residen en el municipio de Armería, así como a las comunidades circundantes y los ecosistemas vitales.
Adicionalmente, se planea instalar una planta desaladora para extraer y tratar agua de mar, un proceso que se ha señalado por organismos internacionales como perjudicial para los ecosistemas marinos, ya que por cada litro de agua potable producida se genera 1.5 litros de salmuera que, en la mayoría de los casos, es devuelta al mar, contribuyendo al aumento de la temperatura del agua y la reducción del oxígeno en ella, lo que causa graves daños a la vida marina.
A pesar de argumentar que el proyecto busca satisfacer la demanda nacional de fertilizantes, es evidente que existe una intención de exportar el producto al extranjero, lo cual concuerda con la estratégica ubicación cerca del Puerto de Manzanillo. Esto refleja una tendencia preocupante de deslocalización de la industria por parte de empresas multinacionales, transfiriendo los riesgos socioambientales a las naciones más vulneradas.
La población de Cuyutlán ha expresado su rechazo a esta planta, y la Sociedad Cooperativa de Salineros del Estado de Colima, cuya subsistencia depende de la producción de sal, se encuentra entre las agrupaciones más preocupadas por la aprobación de dicho proyecto. De la misma forma, el presidente de la Junta Municipal de Cuyutlán ha compartido constantemente la inquietud que para él y su comunidad representa la creación de esta planta, instando a la presidenta municipal de Armería y a la gobernadora del Estado a rechazar el megaproyecto.
Unidos, las organizaciones, colectivos, activistas y ciudadanía abajo firmante manifestamos nuestro firme rechazo a la planta de urea y amoniaco propuesta por la empresa Fermachem. Consideramos que ningún beneficio económico puede estar por encima de la vida y la salud de las comunidades de Armería, del agua y de las miles de especies de animales y plantas que habitan la Laguna de Cuyutlán, el Estero Palo Verde y el mar circundante. Exigimos a la SEMARNAT escuchar las voces de la población, así como de académicos, científicos y ambientalistas que, con argumentos sólidos, alertan sobre los peligros de esta instalación. Instamos a los gobiernos estatal y municipal a mantener su postura negativa respecto al proyecto y hacemos un llamado a la población de Colima a informarse y movilizarse en defensa de un entorno saludable para las generaciones presentes y futuras.
¡No a la planta de urea y amoniaco!
¡Sí a la salud y a la vida!
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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