Diario de Colima y el imperio de la impunidad
Día propicio para reflexionar sobre una de las facultades esenciales que poseemos los seres humanos: la de comunicarnos. Y si esto se hace libremente, mejor. Pero creo que la frontera es muy tenue entre esa libertad que tenemos de expresar nuestras opiniones y esa otra que debemos cuidar para no violentar las fronteras que nos impone el derecho de los demás a ser respetados. Coincidentemente, hace unos días se desató una polémica en torno a la detención del reportero Sergio Uribe, encargado de la sección policiaca del periódico Diario de Colima. Se dijo que se había ejercido en contra de él abuso de autoridad y, a su vez, la autoridad argumentó que su detención se había debido a que había agredido a una mujer policía y, además, se encontraba en estado de ebriedad mietras realizaba sus funciones de reportero Si este reportero no trabajara para Diario de Colima, el periódico que, como todos sabemos, critica de forma sistemática todas las acciones de gobierno con el fin de obtener las prebendas que en otro tiempo se le dieron a raudales, entonces la situación habría tomado otro matiz. Pero no fue así. Como he dicho, las críticas de Diario de Colima al gobierno tienen un origen corrupto. Lo sabemos todos: quieren chayote y mucho, como antes. Esto, sin embargo, no los hace inmunes a la ley con el pretexto de que, como son críticos, el gobierno está ejerciendo represalias en su contra. Cuidado con eso. Ni el gobierno debe por ello tener consideración en la aplicación de la ley al reportero de ese rotativo detenido, según el parte policial, en estado de ebriedad y por haber traspadado el cerco perimetral en una diligencia ministerial (y yo sé de eso porque en eso trabajé), ni tampoco Diario de Colima debe chantajear a la sociedad haciéndola creer que es una víctima del poder del Estado, cuando todos sabemos que no lo es. Diario de Colima es victimario y, para comprobarlo, sólo hay que ver la riqueza que ha hecho su director (¿no le llaman a su casa el Palacio del Chayote?) para darnos cuenta de quién realmente ofende a la sociedad. Lamento lo sucedido al reportero Sergio Uribe en el ejercicio de sus funciones, pero también digo: si infringió la ley (como muchos reporteros prepotentes que conocí cuando trabajé en el Ministerio Público), que sea castigado bajo su estricto apego. Si la infringieron en contra suya, también, pues que se sancione a los responsables. Lo que no podemos permitir es que lo político haga las funciones de la ley, ni, mucho menos, que las supla. Nada ni nadie puede estar bajo tal imperio. De otra forma, ya lo sabemos, seguirán pagando justos por pecadores.
@rogelioguedea
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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