TEXTO Y FOTO: Noé Guerra Pimentel
Efectivamente, en esta casona ubicada entre las actuales calles V. Carranza (Camino a San Cayetano) esquina con la de 5 de mayo (del Puente quebrado), vivieron dos gobernadores del estado de Colima y ambos salieron de la misma para ser asesinados por manos anónimas.
El primero que la habitó fue quien la mandó edificar, el general José Manuel Dolores Álvarez Zamora, el primer mandatario estatal en 1857, quien a un mes y una semana de haber sido electo fue ultimado de un certero balazo en el pecho el 26 de agosto del mismo año en un motín y revuelta de un grupo proclerical a una cuadra al sur de esa finca.
El otro fue el general Filomeno Bravo, quien como segundo esposo de la viuda de Álvarez, doña Francisca Córdoba, ahí vivió sus últimos días como gobernador del estado de Colima, hasta que, destituido por Porfirio Díaz y después de una -montada- riña callejera que intentó aplacar en las inmediaciones de la plaza principal, hoy Jardín de La Libertad, sin conseguirlo, fue perseguido hasta su casa a la que llegó buscando refugio donde fue acorralado por la turba teniendo que salir huyendo por los techados rumbo al hoy Minatitlán, Col., en cuyas inmediaciones (“Potrero grande”) fue alcanzado y linchado. Era el 25 de diciembre de 1877.
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