
PARA QUÉ QUEREMOS UN GOBIERNO
POR: César Barrera Vázquez
Creo que la pregunta resulta de gran importancia y es atemporal, ajena a cualquier coyuntura o prejuicio político: ¿para qué queremos un gobierno? Uno pensaría, lo más lógico, para encontrar formas eficientes y óptimas de organización que nos permita vivir en paz, con seguridad y bienestar.
Es decir, queremos un gobierno que propicie las condiciones para vivir mejor. Por eso, entiendo, siempre se le exige más al gobierno: más hospitales, escuelas, instituciones, eficiencia administrativa, apoyos, programas cuyo cumplimiento de metas mejoren estos indicadores de bienestar de la población.
El poder sólo tiene sentido, en el contexto social, cuando responde a estas necesidades insoslayables de la población. Cuando la inseguridad crece, el desempleo aumenta, la pobreza se recrudece y vemos una regresión en los indicadores que miden --en la realidad-- el cumplimiento de estas expectativas de bienestar, es hora de preguntarnos qué está fallando y por qué el gobierno no rectifica.
¿Por qué si el gobierno de AMLO afirma combatir la corrupción, como nunca en la historia de México y otro país en el mundo, no investiga a sus familiares y primer círculo, cuyos miembros han sido grabados recibiendo dinero ilegalmente, a escondidas?
¿Por qué si dice que está a favor de los pobres y creció el presupuesto asistencialista, la pobreza aumentó en más de 9 millones de mexicanos, de acuerdo a cifras oficiales? ¿Por qué la generación de empleo es menor, si su gobierno es el más honesto de la historia y los anteriores se dedicaron sólo a saquear el país?
¿Para qué queremos un gobierno, repito? ¿Para que tenga un show en la mañana donde acuse sin pruebas y se victimice? En estos casi tres años del gobierno de AMLO, más allá del discurso triunfalista del régimen, ¿tenemos elementos objetivos para decir que estamos mejor que hace tres años? Y piense eso, con detenimiento, antes de responder.
Hace tres años, el presidente prometió que bajaría la gasolina; hoy está más cara que nunca y cada día sigue creciendo. El gas, la comida, la canasta básica, siguen encareciéndose conforme aumenta la inflación, a niveles que nos recuerdan los peores momentos de la época neoliberal. ¿No está en nuestro derecho, reclamar esto?
¿No se ufana el presidente de que no es igual a sus adversarios, entonces por qué seguimos padeciendo los mismos efectos de un mal gobierno (inseguridad, encarecimiento de la canasta básica, falta de empleos de calidad, pobreza extrema)?
¿Tiene derecho el presidente, ante esta ineludible realidad de un gobierno fallido, hablar de la sucesión presidencial, como en los tiempos del priismo autoritario se habló del tapado? Vuelvo a lo mismo: ¿para qué queremos un gobierno? ¿O este el gobierno que queremos?
DOS PUNTOS
En diversas regiones la violencia delincuencial está imparable. Por eso los pobladores de Michoacán y otras regiones, como en el peor tiempo de la guerra de Calderón y Peña, se levantan en armas para hacerse justicia con mano propia, ante la inerme respuesta de las fuerzas públicas de nuestro país, quienes siguen la indicación del presidente de dejar hacer y no meterse, en la lógica de abrazos, no balazos.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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