
AMLO CONTRA LA CLASE MEDIA
El éxito de Morena se explica por la excelente habilidad del presidente para polarizar a la sociedad y fortalecer, en contrapartida, el vínculo emotivo que lo une con sus seguidores, quienes son inmunes a los fracasos y falta de resultados del actual régimen.
México está dividido, esa es una realidad, entre un sector de la población que exige resultados, transparencia, contrapesos institucionales y rendición de cuentas, y el otro que considera a AMLO como un líder infalible, a la altura de próceres como Morelos, Miguel Hidalgo, Juárez o Gustavo Madero; un peleador incansable que defiende al país de los conservadores, neoporfiristas, mafia del poder y fifís que quieren seguir saqueando a México para empobrecer al pueblo.
AMLO ha logrado, a lo largo de estos casi tres años, dividir a los mexicanos en dos concepciones políticas, básicamente: los que están a favor del presidente y los que están en contra, sin importar argumentos lógicos, racionales, evidencias, datos duros; sin importar la realidad, y solamente en reducir la política en una discusión entre dos bandos cuyas posturas, antagónicas, son irreconciliables.
Sin embargo, esta capacidad propagandística, cuya punta de lanza son las mañaneras del presidente, se está desquebrajando y desgastando cada vez más. Por eso, a pesar de que Morena ganó en estas elecciones del 2021, su éxito estuvo muy lejos del que tuvo en el 2018, y perdió un bastión importante: la clase media.
El presidente percibe esto y ya se lanzó, en su lógica polarizadora, contra la clase media, quien en el 2018 fue una de sus grandes aliadas para obtener la presidencia de la república de una manera tan avasalladora. Ahora el presidente despotrica contra gran parte de los mexicanos, a quienes acusa de ser aspiracionistas, ambiciosos, egoístas y manipulables.
No repara en que gran parte de este sector de la población, donde se centran los mejores niveles educativos, pero también los rezagos más importantes en generación de empleos y sueldos dignos, sólo exige el cumplimiento de sus promesas de campaña.
Pero el presidente no puede entender esto en su realidad maniquea, en la cual estás a favor de él o en su contra. Por su actuar y la forma en como ha gobernado AMLO en los últimos tres años, no se puede esperar un viraje de rumbo ni un cambio en su forma de hacer gobierno.
Seguramente seguirá escalando en su confrontación y polarización social, fortaleciendo así aún más su lazo afectivo con sus seguidores: atizará aún más los rencores del pasado para que no resientan, en el presente, la inflación, la falta de empleo, el nulo crecimiento económico y el incremento de la inseguridad.
Todavía restan tres años más de división, polarización social y falta de resultados. Será así porque el presidente no comenzará a tomar decisiones a partir de la realidad, sino que tratará de modificar la realidad, como la percibimos, a través del discurso demagógico, lo cual le ha funcionado muy bien en estos tres años. Y a las encuestas me remito.
La pregunta, en todo caso, sería si los gobernadores de Morena y quienes siguen este movimiento seguirán el ejemplo del presidente o, al contrario, tendrán una actuación racional y apegada a derecho. Probablemente sigan el ejemplo del presidente y, consecuentemente, los resultados sean los mismos.
DOS PUNTOS
Recientemente, el congreso local aprobó una reforma a la Ley General del Ejercicio Periodístico del estado de Colima. De esa forma, la Copip goza de personalidad jurídica, patrimonio y un presupuesto que garantizará la operatividad, permitiendo actuar ante emergencias y en materia preventiva. Es un gran paso hacia la consolidación de un sistema que permita garantizar la protección del trabajo periodístico; y sienta, además, las bases para que se continué perfeccionando el trabajo hasta ahora realizado.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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