
LOS RETOS DE INDIRA
Indira Vizcaíno no logra una alternancia como lo hizo López Obrador en el 2018: de una manera contundente, arrasando con el PRI, PAN y los demás partidos: la diferencia fue apenas de cinco puntos porcentuales (Indira obtuvo 93 mil 690 votos y Mely 78 mil 317), poco si comparamos lo gastado en campaña: Indira gastó 9 millones 700 mil pesos, más del doble que Mely.
Además de que fue la que más gasto reportó en campaña, analicemos lo que el analista Pedro Castillo publicó en su Facebook: Indira llega al poder con el 32 por ciento del voto emitido durante la jornada electoral, lo que representa apenas el 16 por ciento del listado nominal (556 mil ciudadanos), mientras que Ignacio Peralta obtuvo en el 2015 un total 118 mil votos, que en aquel entonces representó el 24 por ciento del listado nominal (488 mil).
En esa comparación, el triunfo de Indira pierde las proporciones épicas de lo que se vio en el 2018, y comparativamente llega al gobierno con un menor respaldo electoral, por lo que va a tener que cuidar mucho su capital político, pues no tiene un bono democrático fuerte y tampoco posee ese manto de inmunidad del presidente.
Y con capital político me refiero a trabajar con resultados, como se les ha evaluado a todos los gobernadores; eso de que nomás cuentan las buenas intenciones le funciona únicamente a AMLO, pero a los demás políticos, incluso a los de Morena, le tienen que trabajar.
Indira puede dejarse llevar por los resentimientos y los odios de sus pregoneros o, por otro lado, reflexionar y pensar en lo que le conviene a Colima, a partir de diagnósticos certeros y una adecuada planeación y estrategia de trabajo.
De entrada, es falso lo que pregonan los medios oficialistas del actual régimen, en el sentido de que encontrará un gobierno en la ruina financiera. Sus apreciaciones no se sujetan a la realidad medida en indicadores y estudios financieros, sino en los adjetivos con los que condimentan su discurso polarizador.
De entrada, Indira tendrá un gobierno muy diferente al que recibió Ignacio Peralta en el 2016: con un nivel de endeudamiento sostenible, de acuerdo al sistema de Alertas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, lo que le dará la capacidad de pedir financiamientos hasta por un monto equivalente al 15 por ciento de sus ingresos de libre disposición.
De igual forma, Ignacio Peralta recibió un gobierno que no podía acceder al mercado crediticio, porque antes de salir Mario Anguiano degradó la calificación crediticia del estado a default, al incumplir con sus obligaciones de pago.
En ese sentido, Indira recibirá un gobierno con una calificación crediticia de Triple B más, de acuerdo a las evaluaciones más recientes de Fitch Ratings. Esto la mantiene en una perspectiva estable y le facilita acceder a mecanismos de financiamiento más baratos, esenciales para el impulso de la inversión pública y privada.
Vemos, pues, que más allá de los adjetivos de quienes azuzan sus rencores personales, están los indicadores y evaluaciones, del mismo gobierno de AMLO y de las calificadoras, las que dan certidumbre en cuanto al manejo de la deuda pública y las buenas prácticas financieras.
DOS PUNTOS
En política dicen que no hay muchos errores, sino uno solo del cual se desprenden todos los demás, como la reacción en cadena de piezas de domino cayendo, una tras otra.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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