

POR: Guadalupe Coronel
El sexo es un acto que engloba tantos factores, un sinfín de emociones y sensaciones, a veces indescriptibles, y me refiero al sexo puro, al sexo carnal y apasionado, dejando de lado “hacer el amor” o tener sexo romántico, el sexo casi por instinto animal, ese que te calienta la sangre y te vuelve loco sólo al imaginarlo.
El sexo no siempre es bueno, y eso también depende de variables que pueden o no ser controladas por nosotros, el estrés, la ansiedad, la preocupación o la culpa son algunos estados de ánimo que limitan la plena satisfacción sexual.
Para todo esto, ¿cómo es un buen sexo? eso lo determina cada persona de acuerdo a sus preferencias, gustos, necesidades y requerimientos, habrán quienes piensen que bueno es aquel que dura mucho, o que es rudo o delicado, aquel que consigue mayor cantidad de orgasmos o eyaculaciones, etcétera. El buen sexo es algo relativo, al igual que la mayoría de las cosas en la vida, lo ideal es que el sexo sea satisfactorio, pleno, seguro y sobre todo, deseable.
Y quizá te preguntes: ¿cómo saber si el sexo que tengo es bueno? sería muy difícil responder a ello, en ti, ciertamente lo notas en tu nivel de satisfacción, cansancio o sentimiento de plenitud, en el caso de tu pareja sexual, lo podrías identificar con sus reacciones físicas; su lubricación natural, el movimiento de sus músculos, el ritmo de la respiración, los sonidos que emite, la sudoración que emana, entre otros que en antologías de sexualidad puedes averiguar, pero también puedes observar las actitudes que toma antes, durante y después del acto.
Su tema de conversación, la aceleración de la charla, los silencios, la forma en que te mira, o si es que evade tu mirada, si muerde sus labios o se toca el cabello, su nivel de enfoque y concentración, entre otros.
Como mujer, sé que podemos llegar a ser muy buenas fingiendo que nos gusta, subir el volumen de nuestros jadeos, evitar contacto visual, “hablar sucio” para que se piense que está una muy “prendida”, pedir más y decir halagos populares acerca del tamaño o el grosor para elevar el ego y satisfacción del caballero, uñas verdaderas expertas en el arte del engaño.
Pero cuidado, al pasar del tiempo esto se nos vuelve costumbre y a ellos una rutina que consideran adecuada para nosotras, ya que a fin de cuentas estamos “gozando” con las “maniobras” que realizan, es entonces cuando el aburrimiento y la falta de deseo se hacen presentes, y hay dos opciones: una, nosotras nos frustramos y vivimos insatisfechas (mientras ellos creen que no hay falla en el acto), y dos, en algún momento la pareja se da cuenta y ambos caen en un vacío sexual (y a veces emocional) que de a poco los va alejando y haciendo que el interés de ambos se pierda. Aclaro que no estoy refiriéndome a una pareja formal (o matrimonio o noviazgo), sino de cualquier pareja estable o casual/ocasional que participe en dicha actividad humana.
Entonces, que se debe hacer para evitar éste “aburrimiento sexual” y tener “buen sexo”, no lo sé, sólo te planteo algunas ideas que se me ocurren; para empezar, no finjas, no adules de más, no digas aquello que realmente no te haga sentir, no trates de quedar bien o hacer sentir especial a esa persona (si no lo merece), no mientas, se honesta y dile realmente la opinión que te provoca su manera de hacerte el sexo.
Como segunda instancia, conócete, tócate y aprende cuales son tus zonas corporales de placer, pero también identifica las situaciones que te excitan, hazle caso a tus sentidos: qué aroma te incita, qué palabras te prenden, cómo te gusta que te toquen o acaricien, en fin, explora tu cuerpo de pies a cabeza y siéntete con la confianza de solicitar que hagan aquello que te ayude a estimular tus sentidos y elevar tu lívido al máximo.
Una copa siempre ayuda, recuerda lo que te mencioné al principio, tu estado de ánimo afecta o ayuda el desempeño sexual de la pareja, un poco de alcohol puede ponerte más relajada y hacer que tu cuerpo se sensibilice más fácilmente, sólo procura no beber de más para que la experiencia sea grata.
Arriésgate pero cuídate, un lugar público en la noche puede ser muy incitante, pero también peligroso, procura evitar problemas para que el sexo no se vea frustrado ante el riesgo, de igual manera siempre usa preservativo y elige con cuidado la pareja que te acompañará en esta aventura de placer.
En el pedir está el dar, tienes que poner de tu parte, usa lencería sexy, aromatiza tu cuerpo con una fresca fragancia, viste un atuendo que a él/ella le agrade, se atrevida, no tengas pena, no sientas vergüenza de tu cuerpo, no apagues la luz, disfruta y deja que se note, en ocasiones puedes dar el primer paso o dar pie a que eso suceda, lo ideal es que el deseo sea mutuo y el deleite equitativo.
Quítate tapujos de la cabeza, el sexo es una necesidad natural del ser humano, fuimos diseñados para hacerlo, deja de pensar en el “pecado”, en las “buenas costumbres”, no temas, tú mereces disfrutar de él y hacerlo cuantas veces quieras, de la manera que tú quieras, porque el buen sexo no es sólo un adjetivo calificativo, sino un estado de salud que todos experimentamos, y nunca lo malo ha sido bueno.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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