PERGAMINO BALOMPÉDICO

ALEX CARBAJAL BERBER | Opinión | 08/03/2012

La Manita de Messi

Lionel Messi, con sus cinco goles ante el Bayer Leverkusen, pone nuevamente en tela de juicio su condición de ser uno de los mejores futbolistas de la historia del futbol, sino es que el mejor. Hasta el momento, ha ganado mucho más que lo ganado por Pelé, Maradona, Cruyff, Di Stéfano, Beckenbauer y Zidane, los grandes dioses del futbol, a esa edad, y lo que puede ganar es todavía más promisorio.

Lo faltante, sin duda, para ser considerado el mejor de la historia del futbol, es una Copa del Mundo. Este título, de la lista previa, le faltó a Di Stéfano y a Cruyff, y al contrario, fue el trofeo que catapultó a Maradona a la condición de “D10S”. Messi, en este sentido la tiene algo complicada, pues la selección argentina ya tiene algunos años en las que se debate entre la estabilidad y la crisis, por lo que ganar el título mundial en 2014 es un reto mayúsculo.

Eso nos hace pensar en qué condiciones ayudaron a los grandes monstruos del futbol a ser lo exitosos que fueron. Mucho tiene que ver con los grandes equipos en los que jugaron, y en algunos casos, precisamente la falta de grandeza de sus escuadras es lo que los hace todavía más grandes.

Respecto al caso de Lionel Messi, no hay duda de que participa en uno de los mejores clubes de la historia, y eso le ha permitido conseguir títulos por racimos, persistiendo la duda de si es capaz o no de igualar lo que hizo Maradona con la selección albiceleste.

Pelé, para los románticos, el mejor de todos los tiempos, ganó los títulos mundiales que lo hicieron “O´Rei” con tres versiones brasileñas de ensueño; de hecho, el Brasil de 1962 ganó sin tenerlo mucho presente, y también es cierto que en 1966, Brasil lo extrañó en la fase decisiva.

Maradona es el ejemplo perfecto de lo que es jugar siempre en equipos sin jugadores de tu nivel, y cargarlos en la espalda para conseguir títulos de máxima categoría. Hasta el mismo Jorge Valdano asegura que en 1986 el título mundial sólo era posible por la presencia de Maradona, y en 1990, un Diego Armando a la mitad de su capacidad estuvo a punto de darles otro título mundial más a los argentinos.

Cruyff surgió de una escuadra que dominó Europa, como el Ajax, pero siempre fue el líder necesario, tanto en Holanda, como en el Barcelona, para aspirar a mucho más; su falta de título mundial lo relega invariablemente a un segundo escaño, pese a ser uno de los jugadores más influyentes de la historia, pilar del barcelonismo moderno.

Beckenbauer transformó una posición, y tuvo bien en ganar una Copa del Mundo; Di Stéfano ganó cinco Copas de Europa con uno de los mejores clubes de la historia, el Real Madrid de los 50-60, pero le faltó la joya de la corona; y Zidane, otro genio, ingresó en el club selecto con la Copa del Mundo de 1998, su festín en Champions con el Madrid, y su protagonismo en el Mundial de 2006.

Messi, quien aspira a ser considerado mejor que todos ellos, por ende, tiene un gran asunto pendiente que se resolverá en Brasil 2014. Antes de eso, pareciera premeditado sugerir que ya está por encima de todos los grandes genios, pese a su acumulación de trofeos y grandiosos goles.