
LA CORRUPCIÓN Y LA TRAGEDIA
La corrupción y la tragedia caminan de la mano. Ejemplo: en el 2017 un colegio en la ciudad de México, con modificaciones que violaban la norma de infraestructura educativa, colapsó tras el terremoto del 19 de septiembre; el saldo, 19 estudiantes y 7 adultos aplastados.
Empezaron las indagaciones y, como siempre, se cortó el hilo más delgado: se culpó a funcionarios menores de no haber hecho los trabajos de inspección y se encarceló a la que era dueña de ese colegio por modificar la escuela sin seguir las normas en la materia.
El año pasado, las autoridades de la alcaldía de Tlalpan asumieron la responsabilidad de esto y pagaron una indemnización de 22 millones de pesos a las víctimas del colegio Rébsamen.
La encargada de vigilar que las normas se aplicaran era Claudia Sheinbaum, otrora jefa de Tlalpan y ahora jefa de gobierno de la Ciudad de México, donde el lunes ocurrió una tragedia que le costó la vida, hasta el momento, a 22 personas por el desplome de un segmento de la línea 12 del metro.
La corrupción va desde los moches, pasa por la omisión, llega a la irresponsabilidad y culmina en la negligencia, cuya consecuencia directa es la pérdida de vidas, como sucedió en el colegio Rébsamen, en la línea 12 del metro y el socavón en el paso Exprés de Cuernavaca.
Lo lamentable de todo es que estos hechos tienen toda una serie de señales, de advertencias que preludian la tragedia. En el caso de la línea 12 del metro en la Ciudad de México, desde el 2020 se documentó las malas condiciones de ese segmento.
A pesar de esto, no se le dio el mantenimiento adecuado y el resultado ahí está: la tragedia. Veamos un ejemplo más en corto, aquí en Colima: en el 2020, la Delegación de Programas para el Desarrollo en Colima (DPDC) avaló la construcción, ampliación y modificación de escuelas que incumplen con la norma de infraestructura educativa.
La encargada de cerciorarse que el programa se aplicara de manera correcta era Indira Vizcaíno, quien incumplió con la principal obligación que tenía como titular de la DPDC: vigilar que los programas federales, en este caso La Escuela es nuestra, se aplicara conforme a las reglas de operación.
No fue así y ahora hay niños y niñas recibiendo clases en escuelas estructuralmente inseguras, las cuales, de acuerdo a especialistas, pueden colapsar en un temblor. ¿Qué falta para una tragedia como la del colegio Rémbsamen y la que ocurrió en la línea 12 del metro?
Se requiere, básicamente, que la autoridad no haga su trabajo, que incumpla con su deber, que sea negligente. Esa es la receta para una tragedia. Y sí, por el momento todo está bien en las escuelas rurales del estado de Colima, en estos 101 planteles que recibieron más de 15 millones de pesos para modificar, ampliar y construir infraestructura educativa.
Nada ha pasado, nadie dice nada, todo está bien y sí, lo está, hasta que ocurre la tragedia. Una vez que ocurre las muertes, los heridos, entonces sí buscar culpables, justificaciones y decir que todo es causa de la fatalidad, del terrible hado de los mexicanos y su aciago destino.
Mientras se solape la corrupción, se tolere la negligencia, se fomente la ineptitud, seguirán ocurriendo esta clase de tragedias. En ese sentido, la jefa de gobierno de Morena, Claudia Sheinbaum, no está salada, sino que su conducta propicia este patrón de accidentes.
Desde como jefa delegación en Tlapan (donde colapsó la escuela Rébsamen), pero ahora con mayor énfasis como jefa de gobierno en la Ciudad de México: un muerto y 41 lesionados tras el choque de dos trenes en la línea 1, después de que uno de ellos tuvo una falla de frenos y se fue de reversa en una pendiente; eso en marzo del 2020.
Más recientemente, el pasado 09 de enero de este año, se registró la muerte de una persona debido a un incendio provocado por un cortocircuito en el centro de control. La negligencia y la ineptitud cobra vidas. No se trata, pues, de casos aislados.
El gran problema, también, es la desidia y soberbia de las autoridades. En la ciudad de México tenían conocimiento de las condiciones de la línea 12 del metro, pero no actuaron. En Colima, la DPDC tiene conocimiento de que incumplieron las reglas de operación el programa La escuela es nuestra.
Saben, las autoridades y también es del conocimiento de Indira Vizcaíno, que avalaron la ampliación, modificación y construcción de escuelas inseguras, cuyas estructuras pueden colapsar durante un terremoto. Ya lo saben, pero como en la Ciudad de México, no les importa. No les importa hasta que ocurre la tragedia.
DOS PUNTOS
El rector de la Universidad de Colima, Christian Torres Ortiz expudo que la jornada de vacunación es una excelente noticia para la educación no sólo de Colima sino de nuestro país. “Somos un sector que tenemos año y meses detenido por la pandemia y el hecho de que podamos vacunarnos nos abre un panorama y una expectativa muy diferente para el ciclo escolar que empieza en agosto próximo.”. Esperemos que, dentro de poco, regresen las clases presenciales a la máxima casa de estudios.
Total de Visitas 374652507
A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
Desarrollada por HMH Sistemas
Template by OS Templates