
POR: Guadalupe Coronel
Una ducha en el jacuzzi, vapor empeñando el espejo de la recámara, aroma fresco a lavanda, una copa de vino tinto y tus labios rojos bebiendo de ella.
Tu cuerpo desnudo cubierto sólo por la espuma en el agua, tu cabello recogido y tus ojos cafés deslumbrantes bajo la luz tenue.
Sales lentamente y te diriges hacia mí, tus pechos magníficos y tu silueta mojada se acerca hasta la cama, te sientas en la orilla y muerdes tus labios carmesí.
Tus manos húmedas me toman de la entrepierna, lames sutilmente alrededor de ella, mi piel se estremece y se erecta cada sensibilidad en mí.
Me tomas con tus manos delicadas y haces que la magia me electrifique el alma, te acercas aún más y me besas dejando tu ardiente sabor en cada extremidad.
Te postras sobre mi y cruzamos nuestros cuerpos haciendo esa posición única donde nuestros puntos de placer se frotan creando una melodía de placer sorprendente.
Mueves tus caderas y jadeas al ritmo de mi palpitar, siento que no puedo resistir más y cual sintonía perfecta ambas llegamos al clímax gimiendo sin censura.
Abro los ojos y me doy cuenta que sigues a mi lado, la pijamada aún no termina y yo sigo soñando en que algún día ese sueño se hará realidad.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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