
UN PROFUNDO CAMBIO
La palabra cambio ha perdido su fuerza y su valor. Ha estado en tantas bocas de políticos, utilizada de manera discriminada, que a los ciudadanos ya nos es indiferente. Hay que volvérnosla apropiar, a darle ese valor primigenio que perdió y que responda a nuestras expectativas, a nuestros sueños, a nuestros ideales de un mejor Colima, de seguir en una senda de desarrollo y progreso.
La esperanza, una palabra tan hermosa, con tanta luz, y que ahora está desdibujada en un México que se derrumba y sangra profusamente. No han quitado muchas cosas y nos han quitada esas dos palabras en las que se cifran los anhelos de la genta. Se han perdido porque no se respaldan en acciones y actos. Por eso perdieron su efecto, su fuerza. Son palabras que ya no nos dicen nada.
Desde este espacio periodístico, yo propongo un cambio profundo, que empiece precisamente cambiando el lenguaje de los políticos: que hablen con hechos, no con palabras; con acciones y logros, no con promesas. Que no vengan a decir que son diferentes y acusen a un partido como causante de todo lo malo, cuando actúan y hacen lo mismo que condenan en el discurso: no son los partidos, son los actos humanos, individuales, de quienes los integran.
El cambio profundo comienza de mano de la sociedad, vinculada a las organizaciones, a la academia, a los sectores activos de la población –trabajadores, empresarios, estudiantes--, cuyos objetivos principales se centran en el cambio de la realidad, en la verdadera transformación que no se encuentra sólo en el discurso político de quienes se sienten seres iluminados.
En esta campaña electoral, propongámosle que el nuevo lenguaje de los políticos sean las acciones, las soluciones, los actos que tengan un impacto en sus vidas. Ya basta de sólo hablar, de echar rollo. Pero para eso, para empezar ese gran cambio profundo, hay que identificar quiénes realmente lo representan. Quiénes realmente escuchan a la población y sienten, genuinamente, sus problemáticas y quieren enarbolar sus propuestas y construir las soluciones.
Los cambios profundos comienzan junto con la sociedad, con los sectores productivos. No escucharlos, no tomarlos en cuenta, sólo llevará al político al monólogo, al desprestigio. Si no entienden eso –que hay quienes no lo hacen--, están perdidos.
DOS PUNTOS
Ha quedado acreditado la importancia estratégica de la Universidad de Colima, sobre todo en este momento de pandemia: no solamente apoya con su infraestructura para acondicionar espacios adecuados en el programa de vacunación, como sucede en los bachilleratos de la zona rural del estado, sino que también, a través de la investigación científica, desarrollaron herramientas de autodiagnóstico, indispensables para una adecuada contención del covid-19.
La Universidad de Colima no solamente son bellas instalaciones, sino que éstas son aprovechadas por la sociedad y, más importante, en sus aulas se generan los conocimientos y prácticas que redundan en beneficio del estado de Colima, de la sociedad en general.
En ese sentido, la Universidad se prepara para estar a la vanguardia en la atención de sus estudiantes, a través de ENTENDER (ENabling sTundEnts with NeuroDivERsity). Un proyecto en el que se prioriza al estudiantado.
EENTENDER reúne 9 instituciones de educación superior que consideran la inclusión como uno de los indicadores de calidad educativa: es mejorar el acceso, la retención, el logro y las perspectivas de empleo de las personas con neurodiversidad en Argentina y México, permitiéndoles alcanzar su máximo potencial mediante el desarrollo de capacidades de apoyo a la neurodiversidad en los ámbitos de Educación Superior y empleo, fomentando la inclusión y construyendo conocimiento.
Las universidades están llamadas a atender las distintas necesidades de aprendizaje. De ahí la importancia que en la Universidad de Colima colabore con otras instituciones a nivel internacional para aprender de las buenas prácticas y, al mismo tiempo, construir un camino propio que sirva a universidades de América Latina que desean ayudar a estudiantes neurodiversos a tener éxito en su propósito de formación académica en el nivel superior.
De esa forma se ayuda a estudiantes con dislexia, déficit de atención, hiperactividad o alguna condición dentro del espectro autista, quienes sufren la incomprensión de las personas que los rodean, incluidos, por supuesto, sus profesores.
Así, se capacitará a buena parte del personal directivo, académico y estudiantil; se elaborará el programa Bienvenido a la Universidad, con el propósito de que estudiantes de secundaria y preparatoria con neurodiversidad sepan que podrán realizar estudios universitarios porque encontrarán apoyo a sus necesidades específicas de aprendizaje y se difundirá, por último, un manual de capacitación en neurodiversidad, incluido un modelo instruccional, así como un kit de herramientas de evaluación e inventario de fortalezas.
El rector, con este proyecto, rompe paradigmas pedagógicos, pues serán los propios estudiantes neurodiversos los protagonistas de todos los procesos y desarrollos contemplados en el proyecto.
De esa forma, confiarán más en sus pares para exponer sus necesidades, sus dudas y expectativas sobre lo que esperan de la Universidad y de sus profesores. Seguramente muchos estudiantes se sumarán a esta iniciativa y no sólo quienes se encuentren en condición de neurodiversidad.
El proyecto ENTENDER es liderado por la Universidad de Coventry, en el Reino Unido, y participan las universidades europeas de Alicante, en España; la de Macedonia en Grecia y la de Turín en Italia. Por América Latina participan las universidades nacionales de Rosario, San Juan y Jujuy en Argentina y las de Guadalajara y Colima por México.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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