PALABRA DE SACERDOTE

Administrador Colimapm | Opinión | 18/01/2021

¿QUIÉN TIENE LA RAZÓN?

POR: Pbro. Juan José González Sánchez

Cuentan que George Bernard Shaw (1856-1950), dramaturgo y ensayista de origen irlandés, recibió en cierta ocasión a dos amigos que le pidieron les diera su juicio en un conflicto que los tenía enfrentados.

Los escuchó y les pidió tiempo para pensar. Al que marchó primero le dijo en la puerta, antes de salir:

“Usted tiene la razón, pero no me he atrevido a decírselo delante de su amigo”.

Igualmente, al despedir al segundo, el improvisado juez le dijo: “Usted tiene la razón, pero no me he atrevido a dársela delante de su amigo”.

La secretaria que había asistido a ambas despedidas se atrevió a decir a su jefe: “Perdone, pero creo que usted no ha hecho bien dando la razón a ambos”.

Y el célebre escritor le respondió: “¿Sabe lo que le digo?; usted tiene razón”.

Es que a George Bernard Shaw le molestaban tanto las discusiones, que para salir airoso de ellas actuaba del modo que se ha dicho, claro que faltando a la verdad.

Pero hay una manera de dejar contentos a todos sin mentir en una desavenencia.

A cada uno de los contrincantes se le puede decir: “tienes razón, tienes esa facultad maravillosa que Dios te ha dado de pensar, reflexionar sobre lo que tus ojos ven y tus oídos escuchan, asociar ideas y sacar conclusiones para tu vida. Tu razón es una chispa de la sabiduría divina”.

Si uno se deja sorprender hasta enorgullecerse por ese tesoro que posee, le será fácil aceptar lo que a continuación habrá que decirle si este fuera su caso: “tienes razón... pero no tienes la razón”.

Porque una información falsa o incompleta sobre un asunto, el virus de los prejuicios, del orgullo, de la ignorancia, o lo que sea, impiden a la razón funcionar correctamente y conducen a una conclusión errónea y falsa a su poseedor, que sí tiene razón, pero no tiene la razón.

Tener la razón en un caso concreto es estar en lo cierto.

Cuando en una discusión alguien se resiste a admitir lo que se ha demostrado ser verdad, solemos pedirle que dé razones.

Pero lo que importa antes que nada es que todos nos demos a la razón y a su hermana mayor la fe, las cuidemos y cultivemos con afán para que ambas dirijan nuestro comportamiento en estos tiempos recios que nos toca vivir.