Por: Pbro. Juan José González Sánchez
*UNA NAVIDAD SEMEJANTE A LA ORIGINAL
Nadie duda que esta Navidad será muy diferente de otros años. Ya lo fue la Semana santa.
Se discute cuántas personas podrán unirse a las comidas y cenas navideñas y qué se entiende por allegados o cuál es la hora tope para andar por la calle.
Tal vez más preocupante que todo eso es la tristeza y casi desesperación de tantas familias cuyos negocios se ven resentidos por la crisis, muchos de ellos cerrados o abocados al cierre.
En el orden espiritual sin embargo no podemos decir que fueran ejemplares nuestras celebraciones navideñas, cada vez más alejadas del misterio del nacimiento del Hijo de Dios.
Así mismo hemos de reconocer que en estas fechas contrasta sobremanera el derroche egoísta de unos con la precariedad sangrante de otros.
Aunque de la impresión de que somos más buenos por Navidad, la solidaridad es francamente mejorable. O sea que podemos mejorar bastante.
Pero si miramos a la primera Navidad, a la original, a la de María, José y el Niño en la cueva de Belén, estas navidades podrían parecerse un poco más.
Es cuestión de centrarnos en la alegría por el nacimiento del Salvador y en el amor auténtico.
Como quiera que sea, la situación que estamos viviendo debería llevarnos a hacer un serio examen de conciencia y a una no menor seria conversión.
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