
LAS ALIANZAS Y LO QUE VIENE
Este proceso electoral 2021 será histórico en Colima, no solo por el tema de la pandemia ---que implicará todo un reto logístico para la organización de un proceso electoral con sana distancia y sin eventos masivos--, sino también por la alianza entre el PRI-PAN-PRD.
Va a ser una elección, por un lado, donde el voto a favor de López Obrador se atomizará y dividirá entre el partido Morena-Nueva Alianza y PT-PVEM, cuyos candidatos se pelearán por ver quién lleva la bandera del lopezobradorismo en el estado.
En cambio, el PRI-PAN-PRD, conformarán un bloque opositor al proyecto del presidente López Obrador, atrayendo principalmente a quienes no simpatizan con el gobierno federal y con las acciones que ha emprendido en estos primeros dos años de su administración.
Esta alianza, por otro lado, debilita las expectativas de triunfo de Leoncio Morán, quien desde que inició el gobierno municipal dejó en claro que buscaba llegar a la gubernatura del estado a través de Movimiento Ciudadano, partido que se ha debilitado con la salida de Felipe Cruz y cuya fuerza electoral se centra en la capital, donde gobierna Locho, pero que en municipios como Manzanillo y Tecomán es prácticamente nula.
Y para ganar la gubernatura del estado es imprescindible tener fuerza y empuje en esos dos municipios, claves para cualquier triunfo electoral. Entre estos dos frentes, Movimiento Ciudadano y PRI-PAN-PRD se competirán un voto duro, fuerte en el estado, representado por aquellos ciudadanos que están en contra de AMLO y que ven a Morena como un apéndice de éste.
La alianza PRI-PAN-PRD (más allá de la retórica del régimen que encarna al prian como el coco de la política) es funcional porque tiene rentabilidad y atractivo para aquellos antilopezobradoristas, pero también permitirá medir el voto duro del PRI y el PAN, únicos partidos que se jactan de tener una estructura bien definida y que opera como una maquinaria de relojería durante la jornada electoral.
En ese sentido, Morena o el PT-PEVEM no se pueden confiar de que sucederá el mismo fenómeno que ocurrió en el 2018, donde candidatos sin estructura y prácticamente desconocidos ganaron la elección: 2021 está lejos de presentar las condiciones de aprobación y simpatía que generaba la imagen del presidente, catapultada por un discurso de la esperanza y el cambio, un discurso que le funcionó como oposición pero que es contraproducente al ser ya gobierno.
A los candidatos que busquen apalancar su imagen electoral evocando al presidente, sólo les quedará apelar a los apoyos sociales que, supuestamente, el gobierno de la 4T entregó en estos dos años en Colima, y que al decir de los simpatizantes del régimen fueron históricos, sin parangón. Vamos a ver si eso es cierto.
Y es que difícilmente podrán decir que mejorarán la situación de la seguridad cuando con AMLO creció la violencia delincuencial y el número de ejecuciones, al pasar de 71.4 homicidios en promedio al día con Peña a 93.5 con López Obrador. No podrán decir que creció la economía porque se pasó de tener un crecimiento del PIB de 2.1 anual a -5.0, confirmando así el momento de recesión económica que vive el país.
Hablar de la corrupción, por otro lado, la punta de lanza del discurso del lopezobradorismo pierde efectividad ante los últimos escándalos en los que están involucrados la prima hermana del presidente, quien obtuvo más de 350 millones de pesos a través de contratos con PEMEX y la exhibida que le dieron a su hermano, recibiendo dinero --supuestas aportaciones- de mano de funcionarios del gobierno de Chiapas en la pasada elección, violando la legislación electoral.
Y si esto no basta, el último diagnóstico del World Justice Project que colocó a México del lugar número 10 en corrupción a la posición octava, a solo siete escalones de situarse en el primer lugar mundial en el raking de países corruptos.
En todo esto deben pensar los que vayan a buscar apalancar su candidatura evocando a López Obrador. Y de acuerdo a las encuestas la simpatía del presidente representa un 38 por ciento de los votantes, mismos que se pelearan Morena y el PT. Es un margen que ya no va a crecer y que el reto, en todo casa, será que no disminuya.
Por consiguiente, la elección la definirán los indecisos, un importante sector de la población que todavía no sabe por quién va a votar, pero que, de entrada, la imagen de López Obrador no le es determinante para definir su voto. Será otra cosa lo que los mueva a votar.
DOS PUNTOS
El éxito de esta elección se las llevarán los partidos que elijan bien a sus candidatos, cohesionen bien a los grupos dentro de sus partidos y mejor movilicen a la población el día de la jornada electoral. Todo esto en un contexto de pandemia y medidas de aislamiento social.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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