
VIVIR EL ADVIENTO
Pbro. Juan José González Sánchez
El Adviento marca el comienzo del Año Litúrgico y, el tema que recorre este tiempo, es la esperanza.
Hay una oración que cierra la Biblia en el libro del Apocalipsis: “¡Ven Señor Jesús!” Era el anhelo de los primeros cristianos y debe ser el nuestro.
El Señor vino y está viniendo siempre con nosotros.
El Adviento nos prepara para la Navidad, que para muchos es solamente una fiesta, celebrada en familia.
La celebración de la Navidad, el nacimiento de Jesús, inició cuando la iglesia en Roma, para combatir las grandes maldades que había el 25 de diciembre por “El Nacimiento del Sol Naciente” puso que Cristo había nacido en esa fecha.
El Papa Juan Pablo II decía: “Es necesario recuperar la verdad de la Navidad”.
Creo que es también una invitación para nosotros, los que nos consideramos creyentes, seguidores de Jesús y participamos en lo posible de la comunidad de la Iglesia.
Nadie está exento del bombardeo comercial y necesitamos el permanente ejercicio de purificar y profundizar nuestra vida cristiana; no podemos decir que todo está bien.
Al vivir tiempos complicados y difíciles por la crisis sanitaria, tal vez la “esperanza” es la gran ausente y lo que más falta nos hace.
En Adviento, la Palabra de Dios nos invita a reavivar este don recibido, día a día, domingo a domingo.
Los profetas del Antiguo Testamento, Juan el Bautista, María y todos los que esperaban al Mesías prometido, podrán ser nuestros compañeros de búsqueda, alentando esta espera.
La Corona de Adviento, antigua devoción del norte de Europa, era una costumbre pagana, con una fuerte carga simbólica.
En esas regiones, nuestro tiempo de Navidad es una época de largas noches y casi sin ninguna luz.
Esos antiguos pueblos encendían las coronas con fuego, deseando la luz de la primavera.
Con la llegada del Cristianismo, la fuerza simbólica de la luz se aplicó a la espera de Jesús, Luz del mundo (Cfr. Jn 12,46).
Ahora, esa costumbre se ha popularizado entre nosotros y es un símbolo que va iluminando nuestro Adviento.
Si bien es algo incorporado a la liturgia de cada domingo en los templos, también es bueno que cada semana la familia reunida encienda la vela correspondiente, rece y reflexionen juntos, aprovechando para hacer una catequesis con los niños y niñas de la espera de Jesús y su nacimiento el día de Navidad.
Es fácil conseguir un esquema de lecturas y oraciones, ya que existen publicaciones.
En caso de no tenerlas, con leer las lecturas de cada domingo, en especial la primera del Antiguo Testamento y el Evangelio, con eso se puede tener un tema de reflexión y oración.
Que nuestra oración sea de confianza y esperanza, más allá de las situaciones difíciles.
La esperanza se alimenta cuando pedimos al Señor que su Espíritu nos ilumine y su gracia nos fortalezca para seguir caminando.
Aunque celebraremos el nacimiento de Jesús y la imagen de Jesús Niño, es el signo que nos convoca.
No olvidemos que hoy Él está junto a nosotros como Dios y Señor.
Utilicemos el tiempo de Adviento litúrgico, para que cuando celebremos la Navidad, hayamos avanzado mucho en el seguimiento del Señor.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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