Fiesta Brava Villana
Federico García Lorca no se anduvo por las ramas a la hora de opinar sobre la fiesta de los toros, sobre la que dijo: «El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo». A lo que un servidor pobre escribano colimote podría acotar: ¡Cuán ignorancia demuestra!, aquel pobre tribuno citadino, que no aprecia que la curul donde posa su maloliente trasero, semeja fielmente la tribuna de un coso, donde debe aprender a capotear, lo bureles embravecidos de pitones encorvados, que son los mensajes subajados a sus discursos trillados, espetados por sus vecinos, tricolores diputados.
Debe precisar el escribiente que no soy un flamencólogo, y taurólogo mucho menos, sino simple y llanamente el último de los espectadores que se encandile con el traje de luces de los matadores, que le hierve la sangre al ver la furia del astado al salir de los callejones a toda velocidad buscando al rival en los tercios, fúrico y encandilado, que goza de los trazos del hombre sin miedo en el ruedo, que a pie juntillas pone el corazón delante al pitón sin ser razgado, sin temor a la muerte, sin temor a ser derrotado.
Toro y Torero nacidos para morir, si el burel es de lidia, el torero también, pues en cada suerte arriesga la vida. Merecido homenaje le rinde la música con trompetas entonando pasosdobles, que son como la marcha fúnebre que anuncia que en el ruedo solo habrá un sobreviviente, un triunfador, y a la vez, son loor de victoria plena a aquel que diera una buena faena, saliendo en hombres con tapete de cojines, sombreros y flores, o en vuelta al ruedo a arrastre lento, que decir, mejor indultado.
Desde este tribuna, seré un torero de ocasión y afrentaré en la lidia un burel de la ignominia, que a la fiesta ha denostado, papirrín afeminado, Milton de Alva, Diputado. Su propuesta intrascendente, llegó a ser amenazante, al decir que de no aprobarse su pobre iniciativa, beligerante e ignorante, alentó a grupos dizque “protectores de animales” a manifestarse en el congreso, ¡aaahh! ¡Pero todos ellos también comen carne!, ¡hipócritas!...
CONTINUA...
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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