

POR: César Barrera Vázquez
LA CONAGO Y LA CRISIS POLÍTICA
La salida de 10 gobernadores de la Conago, un hecho inédito en 20 años, es una señal, un síntoma de la crisis política por la que atraviesa el país y que pone de manifiesto la incapacidad del presidente para poder armonizar las voces divergentes de la política nacional y cohesionar al país, ahora divido y altamente polarizado.
A la crisis económica, de seguridad y salud, se suma ahora esta crisis política en el peor momento, cuando más se requiere del liderazgo del presidente y la concertación de acuerdos para el beneficio colectivo de la sociedad.
Y si bien en una democracia es válido disentir, las divergencias se deben dar en un diálogo exento de descalificaciones, cuyo objetivo sea encontrar las mejores soluciones a las problemáticas del país con base a consensos.
Sin embargo, el presidente ha propiciado esta crisis política porque, en su limitada visión de la política, o estás con él o estás en su contra. O coincides con él a todo o eres su adversario. En su maniqueísmo exacerbado, el presidente dejó de ser una figura concertadora, institucionalmente neutra, y por lo tanto incapaz de cualquier diálogo político.
¿Cómo hacer un trabajo conjunto con las demás fuerzas políticas, con los gobernadores de los estados, cuando cada día, diariamente, solivianta los antagonismos al llamarlos corruptos, adversarios, conservadores, entre otras expresiones peyorativas?
La personalidad del presidente, en ese sentido, responde más al de un régimen autoritario que a una democracia. Decir, en ese sentido, que todo estuvo mal antes, que sólo había corrupción y robo, es una falsedad, una mentira que aniquila cualquier esperanza de poder seguir adelante, porque se niega a entender la realidad.
Y el gran problema es que en lugar de ver hacia delante, de ver cómo construimos hacia el futuro, todos juntos, el presidente se empeña en ver hacia el pasado y en interpretar el papel del gran inquisidor para complacer a una base del electorado, a un público al que, todavía, sigue teniendo cautivo.
En ese sentido, uno de los argumentos esgrimidos por los gobernadores para salir de la Conago, es que este espacio dejó de ser un mecanismo de acuerdos con el presidente, pues éste no tomaba en cuenta a los gobernadores: los acuerdos a los que ahí llegaban no se realizaban. Era, entonces, una simulación.
Durante 20 años, la Conago se configuró en un espacio donde se podía llegar entre los gobernadores y los presidentes. Así funcionó durante dos décadas, cuando se llegaron a acuerdos importantes y en beneficio de los estados, sin distingos partidistas.
Hoy ya no es así, y por eso es un hecho inédito, cuyas consecuencias todavía no alcanzamos a dimensionar. Porque queda claro que el presidente, en los hechos, en su accionar política, es una persona que no respeta las leyes y en más de una vez ha mandado al diablo las instituciones, difícilmente, con ese rasgo de su personalidad, podría respetar acuerdos de buenas voluntades.
Ahora bien, los gobernadores que salieron de la Conago, entre los que se incluye Ignacio Peralta, no rompieron lanzas con el presidente: simplemente dejaron de formar parte de un recurso artificial, cosmético –utilizado por el presidente--para buscar canales de intercomunicación y consecución de acuerdos, esos sí, jurídicamente sólidos.
Por otro lado, dejaron de manifiesto, como una herida abierta, la crisis política que enfrenta el país y el momento de división tan grande que estamos viviendo. Como dije, a la crisis económica, de salud y seguridad, ahora, como no se había visto antes, se le suma la crisis política, cuyas consecuencias son impredecibles.
DOS PUNTOS
Hoy quedó claro que la reforma educativa del 2013, una de las más importantes, fue abrogada con fines políticos y perversos en el 2019. Esa reforma implementaba programas importantes de infraestructura educativa, inclusión digital, enseñanza de dos idiomas, asignación de plazas por méritos docentes y ampliación de la jornada escolar. Ahora, de acuerdo al presupuesto 2021, se eliminaron 13 programas educativos, entre los que se incluyen escuela de tiempo completo, desarrollo de aprendizajes significativos, atención a la diversidad indígena, evaluación confiable de la calidad educativa y otros más. Pero, bueno, en ese tiempo se quería privatizar la educación. Otro de sus disparates. Y lo único que hizo su reforma fue regresarle el poder a los grupos fácticos del magisterio, como la CNTE.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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