
LO QUE NO DIJO AMLO EN EL INFORME
En el segundo informe quedó claro que el presidente está totalmente desconectado de la realidad. Su discurso triunfalista no corresponde a la realidad en la que vivimos los mexicanos, sobre todo los estratos más pobres, quienes padecen con mayor crudeza la violencia delincuencial y los estragos de la crisis económica.
No solo mintió el presidente, sino que parece estar totalmente convencido de esa mentira, y con esa falta de autocrítica, de racionalidad, el presidente nos condena a seguir en el error, en el camino equivocado que sólo agudizará la violencia, el desempleo y todos los males que padecemos desde el periodo neoliberal y que, durante esta cuarta transformación, han empeorado.
Lo malo de no estar consciente de esto, es que el presidente no rectifica, ya sea por ignorancia, ineptitud o perversidad. México es el paciente hipertenso, con problemas renales, diabetes y otras enfermedades crónico degenerativas que se rechaza el diagnóstico y se empecina en seguir comiendo garnachas, no dejar el cigarro y empinarse 5 litros de alcohol por semana.
En lugar de adecuar el discurso a la realidad y actuar en consecuencia, el presidente quiere que la realidad sea su discurso y afianza su despropósito con ocurrencias, proyectos personales que sólo ahondan aún más la crisis, cuyos efectos se los achaca al pasado neoliberal.
Ya gobierna desde hace dos años y sigue echándole la culpa a Peña Nieto y Calderón, en cuyos gobiernos ---aunque les duela a los simpatizantes de la 4T--, la violencia no estaba desatada, la economía crecía y había generación de empleos. Ahora, que nos gobiernan los impolutos e iluminados la economía decrece, el desempleo prolifera y la violencia se dispara a niveles históricos.
La lucha contra la corrupción, la principal bandera del presidente, se adultera con los recientes videos, donde se ve al hermano del propio presidente aceptando sobornos; ¿dónde queda la congruencia de quien dice combatir la corrupción cuando su propia sangre es partícipe de actos ilegales?
¿Dónde queda la legitimidad del régimen obradorista cuando, jugando con la semántica, califica de aportaciones la entrega ilegal de dinero durante un periodo de campaña, dinero que no fue notificado al INE y mucho menos al SAT?
El cinismo presidencial le dio patente de corso a todos aquellos que piden mordidas, sobornos, a las cuales ahora pueden llamar aportaciones. Así, el tránsito que pide su mochada, le puede decir al ciudadano que pase a dar su “aportación”.
A dos años del gobierno del presidente Andrés Manuel, lo que vemos es una crisis, una crisis ahora sí de verdad, económica; seguimos, por otro lado, con una creciente violencia delincuencial; y padecemos, además, una crisis política, con renuncias intempestivas de secretarios y enfrentamientos entre gobernadores con el presidente.
El presidente, por otro lado, confunde caída en los ingresos con ahorros: se ufana que logró ahorrar, en estos dos años, con el combate a la corrupción, más de 500 mil millones de pesos, cuando esta cantidad corresponde a lo que dejó de ingresar a las arcas federales.
Y la prueba de esto, de esta ficción presidencial, es que si realmente hubiera un ahorro, consecuentemente, habría recursos para medicinas, para darles a los gobiernos estatales, para sortear la crisis económica. Pero, al contrario, lo que vemos, son reducción de partidas presupuestales, desaparición de fideicomisos y la disminución significativa de partidas federales.
Esto lo corroboró el mismo secretario de Hacienda, Arturo Herrera, quien dijo que ya se acabó los “guardaditos” de 20 años de gobierno neoliberal, se acabó con cerca de 120 mil millones de pesos que dejaron los gobiernos corruptos para utilizar en casos de crisis.
La crisis, ahora sí verdadera, ya nos está pegando y ese recurso ya no existe, porque el gobierno de AMLO se lo gastó desde el 2019, año en el que no había pandemia, pero de todas formas la economía estaba registrando números negativos.
Todo eso no lo dijo el presidente en su segundo informe, momento que aprovechó, mejor, para lucirse y decir que en el peor momento se contaba con el mejor gobierno; que ya se estaba saliendo de la crisis sanitaria y económica, aunque no argumentó ni un dato para sustentar su dicho; que ya no había masacres, aunque omitió mencionar el asesinato de la familia Lebaron, y muchas otras muertes que han enlutado a miles de familias mexicanas.
A todo esto, quedó claro que el presidente vive en otro México. Y lo peor de todo, es que mientras no entienda la realidad, mientras no la reconozca, no habrá cambio en la estrategia. Por consiguiente, al seguir igual, los resultados serán los mismo de ahora.
DOS PUNTOS
La universidad de Colima demostró, con hechos, que se puede sobrellevar esta pandemia, al extremar sus medidas sanitarias, aplicar el uso de cubrebocas, sana distancia y gel antibacterial. Así llevó, con orden y sana distancia, el examen de ingreso al bachillerato. Es un ejemplo de que la nueva normalidad se puede aplicar, con disciplina y responsabilidad.
Total de Visitas 311670575
A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
Desarrollada por HMH Sistemas
Template by OS Templates