AL VUELO

ROGELIO GUEDEA | Opinión | 05/01/2012

Los partidos y sus ideologías

Cuando un hombre cambia de ideología según cambian sus intereses, lo que hay en ese hombre son intereses y no ideología. Tampoco hay convicciones. Por eso en México no existe la derecha ni la izquierda, ni la centro-derecha ni la centro-izquierda, sino sólo los intereses de unos cuantos (el color es lo de menos) por retener u obtener el poder. ¿Cómo sabrán de izquierdas y de derechas, de capitalismos o socialismos si, ya lo vimos con Peña Nieto, ni siquiera leen? Y si no leyó a Fuentes o Krauze, ¿a poco leyó a a Carlos Marx o Adam Smith? Esto es lo que pasa a nivel nacional, estatal, municipal y, obviamente, individual. En Colima, por ejemplo, hace dos años llegó a la gubernatura un hombre claramente identificado con las clases populares, la cultura del esfuerzo, etcétera. Fue y ha sido, hasta la fecha, vituperado y humillado por la élite y la “alta” aristrocracia colimota. ¿Cómo la “prole” al poder?, se preguntó nuestra real (y falsa) high class. No les gusta que al gobernador le gusten los caballos y la música de Joan Sebastian. Que sea de Tinajas, un pueblito por allá perdido al sur de Colima, y tenga origen humilde. Pero esto es así. Quitado el ropaje priísta, el actual gobernador, por su forma de gobernar y la vocación social de sus políticas públicas, podría ser identificado como un hombre de izquierda. Está más del lado de AMLO que de Peña Nieto. O, para no incordiar a los priístas, pertenece a esa parte del PRI más relacionada con su origen revolucionario, hoy prácticamente olvidado. Muchos de los que le dieron el voto al actual gobernador fue, aunque no sea crea, por este aspecto de su perfil político, y por, obviamente, haberse alejado del PRI dinosáurico, autoritario, represor y monárquico que representa el Otro PRI, con –de nuevo- Moreno Peña a la cabeza. Adiós, pues, a las ideologías partidistas representadas en PRI, PAN y PRD. No existen. Son una farsa. Es muy fácil comprobarlo: los que apoyaron a Mario Anguiano para la gubernatura, lo que significaba acabar con el cacicazgo de Moreno Peña y de El Otro PRI, además de impedir una visión ultraconservadora y nice de una parte del panismo colimense, y no dejar arribar, dicho sea de paso, a un perredismo que no se sabe qué carajos es en realidad porque, dividido como está y resquebrajado en todas sus partes, tienen que andar buscando candidatos de donde sea para llenar dignamente sus planillas, decía, muchos de los que defendieron el proyecto social de Mario Anguiano no apoyan ahora, por ejemplo, a Peña Nieto. ¿Por qué? Porque Peña Nieto (con Salinas de Gortaria detrás de la oreja) representa la parte dinosáurica, autoritaria, retrógrada, en suma, la peor parte del PRI, de ahí que, por poner un caso, la maestra Socorro Arce haya apoyado el proyecto de Mario Anguiano pero no así esté apoyando el de Peña Nieto, sino el de AMLO, como se le vio en un video que, no hace mucho, causó tanto revuelo y que por eso dejo consignado aquí. Yo también, como lo hablamos la maestra Socorro Arce y yo en la pasada FIL Guadalajara, apoyo a AMLO porque creo que le toca a la izquierda. Quiero saber si es cierto que transformarán al país, como no lo hizo ni PRI ni PAN. Si lo consiguen (aunque tengo serias reservas), me pongo de pie y aplaudo. Si no, pues entonces a seguirle dando tiempo a la esperanza. Si el gobierno de Mario Anguiano sigue por ese rumbo de vocación social, y no se une a la peor parte del PRI colimense para ganar votos, entonces el PRI local podría renovarse. Ser otro. Evolucionar. Si no, que siga creyendo que todo en él va viento en popa, y viva de esa preciosa, digámoslo así, fantasía.

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