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NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 23/12/2011

COLIMA, AL FUTURO

Al lado izquierdo del monumental escenario montado en el Casino de la Feria de Colima, Recinto oficial para el Segundo informe de Gobierno, según decretó el legislativo colimense y ante unas tres mil personas, se apreció delineado sobre fondo verde, imponente el Escudo oficial del Estado y al lado derecho, impreso sobre fondo rojo, el número en “romano” de la actual legislatura local, la LVI, enmarcando la leyenda y fecha sobre la base en madera tras el estrado beige, rematado al frente por un arreglo de flores, tras las que sentados se ubicaron las y los 25 integrantes del legislativo de Colima, convocante de esta Sesión solemne.

Cuando el Gobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno, hace poco más de dos años tomó posesión de su alta responsabilidad en ese mismo escenario al frente de los destinos de esta Entidad aquel primero de noviembre, estableció un compromiso que a muchos nos pareció tan fenomenal como inalcanzable, tan difícil como comprometido “hacer de Colima el mejor Estado a nivel nacional” en todos los rubros de la administración pública.

El caso es que hoy, luego de su segundo informe, se constatan avances en esa aspiración de su Gobierno, así lo testimonian la consecutiva Presea nacional 1+T GOB., por la mejor práctica en Innovación gubernamental, otorgada por el SUE gracias a la implementación de la Firma electrónica; el reconocimiento al RPP concedido por la CANADEVI nacional, como el más eficiente del País; además de los denominados proyectos líder, como el de Activación física, modelo nacional; el de competitividad empresarial y mejora regulatoria, así como el económico, en el que gracias a las cuantiosas inversiones estratégicas para el país y aplicadas en este periodo, el INEGI ubica a Colima con un crecimiento real del PIB del 11.5%, por encima de la media nacional que es del 6.1%.

Beneficios a los que se suman los primeros lugares nacionales en Transparencia presupuestaria, según el IMCO y en Índice de desarrollo democrático que le concedió la COPARMEX; la generación de inversiones por más de 3 mil millones de pesos, la de los más de 169 millones en vivienda, sin menoscabo de la histórica entrega de becas que alcanzaron los 70 millones, adicionales a la inversión en infraestructura cultural, educativa, urbana, deportiva y turística que sobrepasó los 150 millones de pesos, paralelos a la gestión concretada para la construcción de la carretera cuatro carriles a Guadalajara, con la que liberó la ejecución de los 20 mil millones de pesos que implicará esa monumental obra.

Logros encomiables, entre otros, si consideramos los mil 131 millones de pesos que la federación recortó en los últimos tres años, lo que ha implicado la reciente autorización de un crédito por mil 200 millones por el Congreso local, a efecto de revertir las acumuladas mermas presupuestarias que han limitado al Estado, y mismo que dividido entre los tres poderes ha considerado un presupuesto anual 2012 de 8 mil 187 millones de pesos.

A los que se suman otros alcances, como el liderazgo en tecnologías de la información y los inscritos en el esquema asistencial, como el descuento, a partir de este jueves 22, del 40% en prepago, del costo a usuarios locales de la caseta de Cuyutlán y la inversión al campo de 26.3 millones de pesos en maquinaria pesada para la mejora de suelos, crianzas, siembras y cultivos, además de la respuesta a damnificados y atención a los daños generados por las secuelas del huracán Jova. Mientras que en lo social, con la tradición de Colima que ostenta los primeros lugares en calidad de vida, se destacan los ineludibles esfuerzos, dada la situación nacional, en materia de seguridad y, por supuesto, lo hecho a favor de grupos vulnerables, en lo que también Colima se ha consolidado.

No obstante, en este reconocimiento a lo que se ha hecho bien, vale señalar que hay áreas que urge corregir y que son coincidentemente consustanciales al Despacho del Gobernador y que se resumen a la presencia política del Ejecutivo y a la mayor apertura de su agenda pública e interacción con liderazgos sociales y agrupaciones civiles. Lo anterior es lógico, pues tal como el Gobernador lo reconoció en su mensaje de ese día, claro está que si los resultados no son validados por el ciudadano en su cotidiano, poco o nada habrán significado como esfuerzo institucional, pues “la evaluación más importante será la de la gente”.