

EVALUACIÓN TERCER PERIODO: DISPOSICIONES Y RETOS
El Diario Oficial de la Federación publicó el Acuerdo 12/06/2020 que establece las disposiciones que rigen, entre otras temáticas, la evaluación del ciclo escolar 2019-2020, con precisiones específicas para evaluar el tercer periodo de los estudiantes de educación básica, periodo que se dio en condiciones especiales debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19. Son disposiciones que rigen para todo el país y son aplicables a las escuelas a cargo del Estado-Federación, Estados, Ciudad de México y municipios-, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización para impartir educación preescolar, primaria y secundaria.
El Acuerdo mencionado generó distintas reacciones entre los docentes pues algunos lo consideran injusto, vertical, impositivo y sin derecho a opciones. En el Acuerdo se especifica que “la evaluación será potestad del docente titular de grupo en el caso de preescolar, primaria y telesecundaria; y del docente titular de asignatura en el caso de secundaria”, pero es una potestad que los otros puntos del Acuerdo dejan bien reducida y sin margen de acción pues, en síntesis, los alumnos de primaria y secundaria deben ser promediados tomando en cuenta sus dos periodos de evaluación previos. El documento especifica que “cualquier otro aspecto que el docente quiera considerar por trabajos y esfuerzo llevado con la estrategia “Aprende en Casa” deberán ser considerados únicamente si es para sumar”. Se aclaran dudas también respecto a la famosa “Carpeta de Experiencias” misma cuya valoración se usará únicamente en beneficio de las niñas, niños y adolescentes para aumentar su calificación, nunca para perjudicarlos. Aunado a lo anterior, el Acuerdo establece que “en caso de no tener elementos adicionales para la valoración del tercer periodo, debido a que no hubiese sido posible establecer comunicación con el educando, o bien, por falta de acceso a la oferta educativa de la estrategia "Aprende en Casa", o por no contar con las herramientas o materiales para desarrollar los trabajos o actividades escolares, la calificación del tercer periodo será el promedio de las calificaciones obtenidas en los dos periodos de evaluación previos.” Así de claro.
Entre los corrillos docentes no hubo un total beneplácito ya que algunos docentes se han manifestado respecto a lo “injusto” que esto resulta pues algunos alumnos hicieron un gran esfuerzo y no “está bien” que los que no hicieron nada tengan que ser promediados, siendo que “deberían” ser reprobados por no tener nada que sustente la calificación que se les asignará. Yo, la verdad, considero acertadas las directrices dadas, ya que por la edad de los alumnos de educación básica y por la gran desigualdad social que vivimos, no todos tienen acceso a todo; es decir, primero por la edad, los niños, niñas y adolescentes (NNA) no tienen el control ni la decisión para hacer o no hacer, dependen siempre de los papás o tutores y si los papás dicen no, es no. Si los papás deciden que mejor cuiden a los hermanitos, o atiendan un puesto en el tianguis, o vayan a hacer mandados, o trabajen, los NNA deben hacerlo (o así les va). Si los papás deciden que no vean la tele o que dejen de “perder el tiempo” en folletos o tareas pues así lo deben de acatar. Quizá sea verdad que hay alumnos que “pudiendo” no hicieron nada, pero esa “verdad” solo se vive y se sabe dentro de las casas, dentro del viacrucis o agua clara que el entorno familiar signifique. Creo que más que justicia (para poder bajar calificaciones o reprobar) debemos pensar en la importancia de salvaguardar siempre el interés superior de los NNA. Incluso considero que el que se procure la continuidad de los NNA al siguiente grado escolar o nivel educativo es también una buena decisión, ¿para qué cortar caminos si estamos enseñando a caminar? Vivimos circunstancias especiales y deben aplicarse decisiones especiales. Que si es justo o injusto no debe quitarnos el sueño ni hacer que nos desgarremos las vestiduras; ¿y si mejor le explicamos a los que sí pudieron cumplir con los trabajos (ya sean nuestros hijos o alumnos) que en este juego los que más ganaron son ellos porque aprendieron, porque se esforzaron, porque pese a que trabajaron bajo presión lograron superar obstáculos, porque se dieron cuenta de todo lo mucho que pueden hacer por sí mismos en el camino del aprendizaje y porque son afortunados de haber contado con los medios y con personas que les apoyaron en este curveado camino? ¿Y si en lugar de sembrar resentimientos contra “los que no trabajaron” apelamos por la empatía y la consideración a sus especiales y válidas razones? ¿Y si en vez de juzgar una afirmación que no nos consta (esa de que pudiendo no quisieron trabajar) apostamos por la absolución de los señalados otorgándoles el beneficio de la duda? Creo que esto también nos deja grandes aprendizajes y quizá hasta la posibilidad de lograr lo siempre soñado: conseguir que nuestros alumnos aprendan por el gusto de aprender y no por el número (siempre subjetivo) que implica una calificación. Este es uno de los retos más grandes que persigue la educación y es a la vez el reto más cercano ahora que el nuevo ciclo escolar 2020-2021 empiece pues, a como va la indomable curva, todo indica que al menos el inicio tendrá que seguir siendo desde casa.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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