EL OJO DE UN FOTÓGRAFO

Administrador Colimapm | Opinión | 31/05/2020

POR: Alejandra García Barajas

La fotografía, gracias al rápido avance de la tecnología, se sumó a la tarea de describir e interpretar el mundo en la actualidad, de manera más personal e individualista al tener acceso a ella desde nuestros teléfonos inteligentes. Este invento de principios del siglo XIX, es ahora tan versátil que puede replantear la realidad, transformarla con post-producción y hasta reinventar técnicas y estilos.

Con la ventaja de que los millones de imágenes fotográficas que se producen a cada segundo circulan con rapidez inimaginable por redes sociales y presentan de una vez, el argumento de cada mensaje, con sus luces, sombras, y contrastes.

Pero, ¿Qué sucede entonces con la fotografía profesional en nuestros tiempos? ¿A caso es opacada con el minúsculo clic de un teléfono inteligente? ¿Será olvidado el profesional de la fotografía y sustituido por cualquier persona con un teléfono o cámara en mano?

Para responder a esto, primero tenemos que saber que el clic sin esfuerzo que detona en una foto, pudiendo cubrir la necesidad de perpetuar un recuerdo, una anécdota y simplemente la vida común, no sustituye el esfuerzo que conlleva, hacer fotografía en toda la extensión de esta palabra.

Miles de pesos invertidos en equipo fotográfico, dominar parámetros de la cámara para el uso manual, saber todo sobre lentes, accesorios, aprender de iluminación profesional, sea esta con luz artificial o natural, dirección de modelos, el pago mensual de programas especializados de edición y además sumarle la costosa preparación que conlleva el estar al día con la excesiva competencia y demanda del mercado, implica un gran esfuerzo, muchas horas de estudio, de edición, observación, práctica y medición que van formando el particular ojo de un fotógrafo, quien realmente atenderá las necesidades de su cliente, la empresa o institución que lo contrata de manera profesional, dejando el alma en lo que hace.

Por eso, el trabajo de un fotógrafo, cuando se sabe todo el esfuerzo que implica, es valorado, pero de otra manera, es menospreciado injustamente, no tomando en cuenta que el costo de no saber la diferencia implica riesgos en el resultado final.

Lo valioso de atesorar recuerdos captados en el momento justo, con la iluminación adecuada y el ángulo correcto, entre otras cosas, en un par de segundos que no volverán.

*Alejandra García Barajas es Fotógrafa Diplomada en Producción Fotográfica Profesional por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO)

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