
Por: Pepe Naranjo *
COVID-19: VIENE LO MÁS GRAVE
Desde que tengo uso de razón hace más de medio siglo, siento una profunda admiración y respeto por el personal de salud, que con los años he fortalecido a nivel casi de devoción. Ninguna otra profesión como Medicina y Enfermería ofrecen a la humanidad un sentido más noble como la de su fin esencial: salvar la vida de sus semejantes.
Durante quince años (2000-2015) fui responsable de Comunicación Social del ISSSTE en Colima, donde conocí infinidad de doctores, doctoras, enfermeras y enfermeros; paramédicos, laboratoristas y camilleros, a quienes aprecio y respeto por su compromiso con la salud de la población. No daré nombres, porque caería en omisiones lamentables.
No concibo, bajo ninguna óptica, como en muchos estados de nuestro país -incluido Colima-, se ha agredido física y verbalmente, o con actos de discriminación, al personal de salud: insultos, jalones de cabello, arrojarles cloro, o impedirles tomar taxi o subir al autobús para ir o regresar a los hospitales donde trabajan SALVANDO VIDAS. Juro por Dios que no lo entiendo.
¿Es tan difícil comprender que son ellos -personal médico, de enfermería, laboratorio, seguridad y lavandería-, quienes están en la primera línea de riesgo, en contacto directo con pacientes de Coronavirus o la ropa de cama que se utiliza?
No es posible que además de poner en riesgo su propia vida y las de sus familias (no olvidemos que también son madres, padres, hijos, esposos, hermanos, abuelos), además de sacrificar a su familia por cumplir el Juramento Hipocrático, encima de trabajar en condiciones de altísimo riesgo, muchas veces sin equipamiento necesario, sin accesorios adecuados y a veces a dobles turnos, todavía tengan que soportar discriminaciones, vejaciones y ataques a su integridad.
HÉROES DE BATA
Me eriza la piel ver como en países como España o Italia, todos los días a determina hora, la población para su actividad para desde las ventanas de sus casas aplaudir o poner música en agradecimiento a los HÉROES DE BATA; y México se agreden a estos ángeles sin alas que cuidan de la salud de millones de personas.
A pesar de que son muchos casos documentados en nuestro país, gracias a Dios no es un acto generalizado, y también se han dado a la inversa acciones de reconocimiento: aplausos a su paso, conciertos en nosocomios, o envío de flores y comida para estos héroes de carne y hueso que son las y los doctores, las y los enfermeros, las y los laboratoristas, las y los vigilantes.
Seamos justos y respetuosos: lejos de agredir, reconozcamos el esfuerzo y dedicación que están poniendo a costa de su propia salud, en condiciones adversas y en un escenario casi catastrófico. Son seres humanos salvando seres humanos… ¿es difícil de entender?. Quienes les agreden, recuerden que la próxima víctima del Covid-19 podría ser su madre, hermano, hijo, cualquier familiar.
ALTÍSIMO RIESGO
Otra preocupación grave es la desesperación desbordada de familiares por saber el estado de salud de sus enfermos: Milenio TV documentó hace unos días como una turba ingresó a la fuerza al área restringida de un hospital en Ecatepec, Estado de México, donde inconformes llegaron hasta donde se encontraban los cadáveres de personas víctimas del Covid.
El video que ya circula en redes, muestra dramáticamente la forma como familiares de enfermos ingresan sin protección alguna a donde están los cadáveres, para tratar de localizar el cuerpo de sus seres queridos. Cegados por el coraje-dolor-impotencia, no entienden el altísimo riesgo de contaminarse ellos mismos, y por ende infectar al salir a más familiares u otras personas. Muy muy grave.
QUE COVID NO EXISTE
Me preocupan igualmente videos que circulan de tipos, como un idiota -no encuentro otro término más apropiado- que deliberadamente, ingresa con una fruta en mano al baño de un hospital, se acuesta en el piso a un lado del excusado, sale y se come la fruta, según el para demostrar que el Coronavirus no existe y sólo es “un invento” de las autoridades y él no se contaminará.
Otros aseguran igualmente que tal virus es “un invento” de los países más desarrollados para someter económicamente a naciones en vías de desarrollo. Acaso no ven noticias y justamente esos países desarrollados son los más afectados den Coronavirus. Luego entonces, ya no entendí su (i)lógica.
IGNORAR RECOMENDACIONES
También me preocupa que en nuestro entorno inmediato, aquí en el Estado de Colima, mucha gente no atienda las indicaciones que tanto insisten las autoridades sanitarias: quedarse en casa, mantener la sana distancia, utilizar cubrebocas, no saludar de beso, mano o abrazo, toser o estornudar en la parte interna del brazo, lavarse las manos de manera constante y utilizar gel antibacterial.
Ya nos exhibieron como estado a nivel nacional, como una de las entidades que menos cumple con la estrategia de quedarse en casa, y sólo porque Dios es grande en Colima se mantiene más o menos controlada la situación, pero con indicadores que ya alarman: durante muchos días fuimos el único estado sin decesos por Covid y el que menos casos confirmados tenía.
Pero de pronto, pasamos a dos, luego a tres y este sábado ya llegamos a cuatro fallecimientos por Coronavirus (todos en Manzanillo); en lo relativo a casos positivos, han aumentado prácticamente día a día y hasta el 1 de mayo por la noche estaban confirmados 29 casos, además de once casos sospechosos.
Desde el principio de la Jornada Nacional de Sana Distancia, he permanecido en casa junto con toda mi familia, sólo saliendo a comprar la despensa una vez cada 20 días. En las tres ocasiones que he necesitado salir, observé el tránsito normal de vehículos y personas, incluso quienes hacen ejercicio en los jardines públicos.
LO MÁS DIFÍCIL
Estamos justamente en la parte más complicada de la Fase 3: ya lo anticipó el Subsecretario de SSA, Dr. Hugo López Gatell, viene lo más difícil, pues esta semana, entre el 6 y 8 de mayo se dará el mayor número de contagios, que se reflejará quince días después, una vez que se manifieste la sintomatología en quienes se contagien en estos días.
Vienen pues, las tres semanas más delicadas: el mayor número de contagios y de muertes a nivel nacional (que ya rebasan 2,061 decesos), y por ende la saturación de hospitales, como ya ocurre en varios de la capital del país.
Es la última puta oportunidad que tenemos de acabar con esta Pandemia: se controlará y aplanará la curva de contagio, SÍ Y SÓLO SÍ nos quedamos en casa y atendemos las instrucciones. De lo contrario, nadie se queje ni eche culpas a los gobiernos estatal o federal de las consecuencias. Así se simple, así de sencillo.
*PEPE NARANJO es miembro del Club de Reporteros de Colima (CRC), Asociación Colimense de Periodistas y Escritores (ACPE), Asociación Colimense de Cronistas Deportivos (ACCRODE), Colegio de Profesionales y Profesionistas de la Comunicación del Estado de Colima (C3) y de la Comisión General de Protección Integral del Ejercicio Periodístico del Estado de Colima (COPIP)
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