
EL LADRÓN DE LIBROS DE LA 4T
Tiene un sueldazo de arriba de 100 mil pesos mensuales, pero se roba libros que no cuestan más de 200 pesos. Es el caso del embajador de México en Argentina, Ricardo Valero Recio Becerra, quien fue exhibido en redes sociales intentando robar un libro en una de las librerías más prestigiosas de Buenos Aíres.
Más allá de que se quemó de ratero, el embajador tumbó el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador de que la corrupción se acaba con el ejemplo, de que en el momento de que existiera un presidente honesto se acabaría el latrocinio.
Pues sépanlo todos, aquí, un integrante de la cuarta transformación es un cleptómano patente. Por un lado, no sólo es la vergüenza de todos los mexicanos, en el sentido de que quien nos representa en Argentina lo hayan agarrado queriendo robarse libros, sino también a defensa deleznable que hizo el presidente Andrés Manuel para el ladrón de libros, en el sentido de que no se le linchara mediáticamente.
Extraña que el presidente, tan honesto como es y quien siempre ha lapidado la corrupción y la deshonestidad, salga a defender a un tipo que le gusta robar. ¿Dónde queda el discurso de la honestidad? Porque si roba un libro que no cuesta más de 200 pesos, entonces qué se puede pensar de los recursos que maneja el consulado de México en Argentina.
Vaya, la cuestión está para analizarla a profundidad, así como las palabras del presidente, quien textual dice: “Por eso se decidió que él nos representara: por toda su trayectoria. Es un internacionalista de primer orden. Se da este caso, lamentable. La Secretaría de Relaciones Exteriores lo está atendiendo, para ver qué procede. Que no haya linchamientos públicos, políticos”.
Más allá de los intentos del presidente por querer justificar lo injustificable, el video es contundente. Ahí se puede apreciar cómo el todavía embajador esconde el libro en un periódico, con la clara intención de no pagarlo. No lo coloca a un lado, no lo guarda en su otra mano, para luego ir a pagarlo: lo esconde y trata de salir sin dar el dinero correspondiente de la venta.
Así los hechos, y que no nos la platiquen. Ahí está el video. Lo lamentable es que para el presidente es repudiable la corrupción, el robo, siempre y cuando no sea de su partido o pertenezca a su gobierno. Para cualquier persona el robo es deleznable, sea quien sea el que lo haya cometido. Pero para el presidente, si pertenece a la cuarta transformación, entonces pide clemencia, que lo vean como un error humano, que no lo linchen, pues.
Por eso Elba Esther Gordillo, Napito, Bartlett y demás personajes que son execrables para la opinión pública y la sociedad, por sus evidentes actos de corrupción, en la opinión del presidente no lo son, por el simple hecho de pertenecer a su movimiento o ser sus aliados políticos.
No nos equivoquemos. Quien comete robos, latrocinios, enriquecimiento lícito, aquí y en China, es corrupto. Y si el presidente nos quiere decir que la corrupción es una cuestión de semántica e interpretación, pues que me disculpe, pero las cosas hay que llamarlas por lo que son.
Y aquí, lo de fondo, es que esa clase de conductas se castiguen, sin importar que el autor de éstas sea un prestigiado internacionalista. Lo lamentable, lo desesperanzador, es que nuestro presidente salga a justificar lo que, ya dije, es injustificable.
DOS PUNTOS
Mi felicitación al periodista Juan Ramón Negrete, por haber sido electo como presidente del consejo directivo de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos.
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