
EVALUACIÓN INTERNA 6° EDUCACIÓN PRIMARIA (PLANEA)
La semana del 10 al 14 de junio fue la establecida nacionalmente para que se aplicara la “Evaluación Interna 6° Grado Educación Primaria” conocida en los corrillos de la docencia como “Planea para primaria”, en relación al conjunto de pruebas que desde 2015 y bajo el Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) se aplican a los alumnos al término de los distintos niveles de la educación obligatoria, para conocer la medida en que los estudiantes logran el dominio de un conjunto de aprendizajes esenciales : Lenguaje y Comunicación (comprensión lectora) y Matemáticas, así como para “ofrecer información contextualizada para la mejora de los procesos de enseñanza en los centros escolares, informar a la sociedad sobre el estado que guarda la educación, en términos del logro de aprendizajes de los estudiantes y aportar a las autoridades educativas la información relevante y utilizable para el monitoreo, la planeación, programación y operación del sistema educativo y sus centros escolares.”. Hasta ahí todo bien.
En el caso de Secundaria se aplicó a los alumnos de tercer grado bajo una logística bien cuidada y organizada con anticipación. En el caso de primaria no fue del todo bien, lo que generará resultados menos confiables. Se aplicó tanto para escuelas públicas y privadas, claro que las privadas no tuvieron problemáticas como las públicas, pues nuestras pobres escuelas públicas, como sabemos, no tienen aulas de medio, ni computadoras, ni buen (muchas veces ni mal) servicio de internet (para hacerlo “en línea”), ni impresoras ni dinero para imprimir (para todos) la "versión digital". Dicha prueba también se podía aplicar reutilizando los cuadernillos de la prueba “Planea Escuelas del 2018”, resguardados en la escuela, lo que obviamente implicó la captura de las hojas de respuesta de cada uno de los alumnos, tanto así que se dio el caso donde no tuvieron clase el viernes (los alumnos de 6° grado) porque los pobres maestros no terminaron de calificar y capturar; como si los maestros no tuvieran, ya de por sí, toneladas de trabajo administrativo que hacer por el fin de ciclo escolar.
Me constan testimonios directos de padres de familia que llevaron a sus hijos a ciber-cafés a rentar computadora y pagar servicio para que sus hijos fueran a hacer la obligada prueba, renta que se extendió a cuatro horas (lo que implica gasto económico, gasto de tiempo y descontrol de las rutinas familiares) además de la impresión a color de la hoja comprobante. Los papás fueron no por ganas sino por miedo, y creo que por miedo, la mayoría de las veces, caminan este tipo de procesos que uno como docente alcanza a percibir no óptimos del todo: los papás temen al maestro, el maestro al director, el director al supervisor y así la cadena hacia arriba, todos queremos/debemos cumplir con el jefe inmediato y de pronto nadie puede parar lo que “el sistema” ordena. Y ¿nuestros niños?, pues sometidos, haciendo el caldo gordo a una receta mal implementada que no contaba ni con los ingredientes mínimos para bien cocinarse. Nuestros niños, además, con estrés desbordado porque algunos maestros les dijeron “si no lo hacen les vamos a poner cero” o “si no lo hacen no te aceptarán en secundaria”; mentiras ambas y nada piadosas (quizá dichas por la presión que los maestros reciben) pero con eso no se debe amedrentar ya que “dichas evaluaciones de logro no deberán usarse para premiar o castigar a estudiantes, docentes o escuelas” como bien se especifica en su propia página web donde, por lo que leo, se han olvidado o desconocen la realidad de nuestras escuelas.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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