
¿SEGURIDAD O FESTIVAL DEL VOLCÁN?
Los recientes asaltos a cuentahabientes de banco, más el incremento exponencial de los crímenes en el perímetro de la capital de nuestra entidad, nos imponen reflexionar con seriedad sobre las estrategias que deben implementarse para evitar que el flagelo de la violencia se recrudezca aún más. Si bien es cierto que la violencia no es responsabilidad del municipio de Colima, ni en estricto sentido del gobierno del Estado, sino que abarca el ámbito nacional (lo que involucra al gobierno federal), también es cierto que no por ello debe el municipio o el gobierno estatal o federal deslindarse de su irrenunciable compromiso que tiene para cada segmento de la sociedad que gobierna, de manera que mientras exista violencia en nuestra comunidad de ésta es responsable (sobre lo que a cada quien corresponda) el gobierno municipal, el gobierno estatal y el gobierno federal, más allá de que cada cual encuentre razones para culparse entre sí por las fallas. Una conversación al paso que tuve con el presidente municipal de Colima, Locho Morán, me ha hecho reflexionar sobre la viabilidad de continuar con el Festival del Volcán que, lo sé, a muchos colimenses los tiene conquistados. Es, sin duda, un gran evento anual que nos reúne y nos divierte y que incluso promueve la cercanía entre los diversos sectores de la población, pero hay un detalle: el Festival nos cuesta a los colimenses quince millones de pesos, los cuales bien podrían destinarse para seguridad, uno de los problemas que empiezan ya a crear una psicosis ciudadana nunca antes vista. Me ha asombrado, en un sentido positivo, haber visto la preocupación del propio alcalde Locho Morán sobre este tema, incluso él mismo manifestó la disyuntiva de poner un alto a una gran fiesta que, al final del día, nos va a dejar una cruda de proporciones aún mayores. Sin embargo, yo creo que ante la crisis de inseguridad que vivimos actualmente no sería nada malo apelar a la conciencia ciudadana para que o bien el Festival del Volcán haga una pausa en tanto no volvamos a recuperar nuestra calma o bien el gobierno municipal sea aún más creativo para que el costo de realización del mismo se reduzca a lo mínimo indispensable, al fin que si hemos aprendido a divertirnos con un trompo no veo la necesidad de tener que adquirir una tablet. Yo considero que este es un asunto que deberíamos ya estar como ciudadanos debatiendo a la luz de otros que impliquen, sobre este mismo rubro de la inseguridad, tanto al gobierno del Estado como al gobierno federal. ¿Qué podría hacer al respecto el gobierno del Estado? ¿Qué está haciendo el gobierno federal? Yo sé que hay un temor electoral derivado de la creencia de que el Festival del Volcán es un gran fiel de la balanza entre ganar o perder unas elecciones, pero este temor es sólo un espejismo si aceptamos que Héctor Insúa ni con el Festival del Volcán, su mayor bastión electoral, pudo salir victorioso de los comicios pasados. La ciudadanía es inteligente y si se le habla con claridad a este respecto, esto es, si se le dice lo que sale el Festival del Volcán y lo que podría hacerse con ese dinero en rubros como la seguridad de sus familias, la mejoría de los servicios, etcétera, seguramente no dudaría en optar por decidirse por esto último, lo cual, dicho sea de paso, seguiría hablando de un Locho Morán que se ha caracterizado (y que así se encuentra en el ánimo social) por darle un buen uso y destino a los recursos públicos, cosa que electoralmente (de participar como candidato a la gubernatura, como seguramente será) le traería mayores dividendos que seguir con el enorme gasto que implica una Fiesta que, como todas las fiestas, dura nueve días y la padecemos todo el resto del año.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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