DE LA ESPERANZA A LA INCERTIDUMBRE
En poco más de seis meses del gobierno de Andrés Manuel transitamos de la esperanza a la incertidumbre, exacerbada ésta por un presidente disociado de la realidad del país y de su historia: lo de los 10 mil millones de años de la fundación de México trasciende la hilaridad del lapsus y nos centra en un rasgo cada vez más preocupante de la personalidad política del presidente.
Y realmente preocupa que no sólo no reconozca sus errores, sino que se esfuerce, empecinadamente, en sostenerlos y desacreditar a quienes divergen con su punto de vista, ejemplo que asumen con encarnizada vehemencia sus seguidores en redes.
A la intransigencia se le suma la desinformación, la incertidumbre y la ambivalencia de nuestro presidente Andrés Manuel, quien siempre tiene otros datos, sin importar que estos discrepen con la información oficial, emanada de su propio gobierno, de las instituciones.
¿No se da cuenta el presidente que al desmentir la información oficial mina la credibilidad de su propio gobierno? Ergo: ¿por qué tenemos que creer nosotros la información oficial, emanada de las dependencias federales, cuando el mismo presidente no lo hace?
Lo peor es que los ciudadanos estamos ante un gobierno ensoberbecido, y es tanta la soberbia del presidente que se siente con la total libertad para insultar y descalificar a cualquiera.
A todo esto se suman las denuncias y quejas de médicos, enfermeras, pacientes y familiares de enfermos por los recortes presupuestales, los cuales ya costaron vidas (una bebé indígena de cinco meses falleció por la falta de atención en Chiapas); todo eso está documentado por quienes sufren estas carencias, y se acredita además en la carta de renuncia de Germán Martínez, otrora director del IMSS y un integrante entusiasta de la Cuarta Transformación, ¿por qué tendría que mentir un partidario del presidente?
¿Por qué tendrían que mentir hoy todos los médicos, personal de enfermería, pasantes, doctores, pacientes y familiares de enfermos sobre este tema tan delicado? Siempre han existido carencias en los hospitales, pero hoy, por una mala administración y decisiones del gobierno, se están agudizando y afectando aún más la calidad del servicio. Negar esta realidad es hacer más grande el problema.
Lo lamentable es que en lugar de rectificar y modificar la planeación presupuestal, nuestro presidente le echa la culpa a la corrupción del pasado, sin mostrarnos dónde están los culpables, sin presentar denuncias por corrupción o castigarla. Afirma que el huachicol de medicina costó 90 mil millones de pesos, pero no hay un sólo acusado y mucho menos un culpable por este desfalco, por lo que todo queda en retórica, mientras que las afectaciones de los recortes están ahí, tangibles y dolorosas como una herida.
Realmente duele ver a nuestro presidente afectar a médicos y enfermos de cáncer con una mala política de austeridad, mientras en Palacio Nacional les ofrece apoyos a integrantes de la CNTE, cuyos miembros dejan sin educación a la niñez más desprotegida de México y son famosos por transgredir la ley y destruir propiedad pública.
¿Por qué recibe, con los brazos abiertos, a estos criminales que dañan la educación de la niñez mexicana y afecta, en contrapartida, a los que cuidan la salud de los mexicanos más desprotegidos y pobres? ¿Dónde está la justica y la honradez del presidente? ¿Dónde está la esperanza en estos aciagos seis meses?
Dos puntos
Ahora que el presidente mostró la lista de presuntos periodistas chayoteros, también debería, por congruencia, presentar la iniciativa de ley para quitar los mecanismos discrecionales en la asignación de recursos públicos en publicidad oficial. Ese es el problema de fondo. Sería justo, también disculparse con los periodistas honestos y profesionales que surgen en esa lista parcial y hecha con dolo.
Total de Visitas 294644462
A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
Desarrollada por HMH Sistemas
Template by OS Templates