
REFORMA EDUCATIVA Y REVALORIZACIÓN DEL MAGISTERIO
Todo indica que por reformas educativas no paramos pues justo el 15 de mayo, Día del Maestro, nos encontramos con la novedad de que la otra: la anterior, la punitiva, la no consensuada, la impositiva, la “mal llamada reforma educativa” había quedado ya enterrada, y que según eso, esta: la nueva, la justiciera, la de la cuarta transformación, es la panacea que además de reivindicar la labor magisterial, sacará a nuestro México querido del “reprobadero” en que estamos.
Hasta al momento todo parece estar en su primer hervor, todavía no agarra sabor ni se sabe realmente en qué parará, ya que falta lo principal por acordarse: las leyes secundarias; mientras tanto, la esperanza y la incertidumbre continúa.
Un punto sí me da gusto (hasta ahorita): la revalorización de las escuelas formadoras de maestros y sus egresados, pues la “Reforma de Peña” abrió los causes para que profesionistas de otras áreas distintas a las puramente educativas pudieran estudiar un temario, hacer un examen de ingreso y hasta ganar una plaza si los puntajes eran los marcados para ello y nos encontramos así con algunos profesionistas que sabían mucho de sus áreas pero carecían de conocimientos didácticos, de técnicas pedagógicas y de vocación docente, así como con profesionistas que una vez que se encontraron frente a grupo, su primer instinto fue mejor salir corriendo porque pudieron comprobar que la teoría y la realidad muchas veces son muy distantes.
Yo estoy de acuerdo con procesos de admisión, sí, y sobre todo con que se les de preferencia a los egresados de escuelas formadoras de maestros pues ellos para eso se formaron, para eso siguieron en su licenciatura un plan de estudios focalizado en la enseñanza, fueron constantemente evaluados, hicieron visitas de observación a la práctica docente, también en semestres más avanzados realizaron actividades de trabajo docente en escuelas de educación básica bajo supervisión y guía de sus maestros pero también abiertos al diálogo con los maestros y directivos titulares de las escuelas donde hacían sus prácticas, aprendieron previamente sobre las actividades de los centros escolares como son los consejos técnicos, las inscripciones, la organización de grupos, las reuniones con padres de familia, etcétera; elaboraron planes de clase, los analizaron y reflexionaron muchas veces para que, su puesta en práctica, generara los mejores aprendizajes, pero no solo eso, también vivenciaron la apasionante aventura que es estar ahí, al frente de un grupo de niños o adolescentes con todas sus carencias, alegrías, aptitudes e intereses tan diversos pero que, como las grandes orquestas donde a pesar de cada instrumento, sonido y partitura es distinto, bajo una buena dirección se puede lograr que todos (sin perder su individualidad) generen la mejor versión de sí mismos.
Enfaticemos entonces que la labor docente es toda una profesión y no basta solamente con tener cualquier licenciatura “afín” terminada y mucho menos simples cursos al vapor sobre habilidades docentes, se requiere pues una formación docente de origen y de destino.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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