
POR: Guillermo Montelón
La polémica generada por el presidente Andrés Manuel López Obrador con su iniciativa de Ley para la revocación del mandato, ha hecho que varios dirigentes de partidos políticos, legisladores de oposición y analistas, hagan ver los riesgos que ello podría representar, sobre todo porque en la ley se habla de que la consulta se haga el mismo día de las elecciones del 2021, pues consideran que ello podría ocasionar, como en el 2018, efectos de inercia del voto en favor de candidatos que no tienen ni capacidad ni formación política.
En una acción por demás innecesaria porque hasta ahora la Constitución es muy clara, el presidente firmó una carta de cinco puntos, mediante la cual se compromete ante los mexicanos y ante la oposición, a no usar la figura de la revocación del mandato para reelegirse y luego perpetuarse en el poder.
El asunto, si bien no deja de ser preocupante porque podría ser parte de una estrategia con alevosía en la que sí haya intenciones ocultas, me parece que los opositores exageran, pues cabe recordar que la Ley para la Revocación del mandato no puede estar por encima de Ca Constitución General y que cambiar la Ley para echar abajo el principio de: “Sufragio Efectivo no Reelección, que tanta sangre costó a la nación, implicaría una verdadera lucha jurídica y política que debiera involucrar a la mayoría de los mexicanos por mero sentido común.
El presidente Argumenta que, durante los últimos 20 años siempre se ha pronunciado en el sentido de que de llegar a la presidencia se sometería a la revocación del mandato, como un derecho del pueblo para quitar a los funcionarios electos que no cumplan con sus tareas y responsabilidades, pero recordemos que no hay democracia perfecta y que, como ocurre en otros países que hoy padecen dictaduras, también hubo promesas populistas y medidas de gobierno que hoy tienen graves efectos en contra del pueblo.
El Lenguaje del Presidente López Obrador, llama la atención porque ha sido lo que le ha funcionado para alcanzar los índices de popularidad de que hoy goza, y como ejemplo, tenemos precisamente lo dicho en torno a este asunto de la revocación del mandato cuando afirma: “no la ambición al poder”, y va más allá cuando dice a sus adversarios y políticos de oposición que “creen que soy como ellos, porque su verdadera doctrina es la hipocresía, vociferan que la propuesta de someterme a la revocación del mandato encubre la intención de reelegirme en el 2024”.
Me parece que el primer mandatario mantiene su optimismo al afirmar que seis años de gobierno serán suficientes para desterrar la corrupción y la impunidad en el país, y también para construir una nación más próspera, cuando la realidad que todos debemos ver es que, además de esos problemas, (impunidad y corrupción) México es parte de una compleja situación mundial en materia económica, de violencia y de enormes retos en materia de salud, de desarrollo tecnológico, desarrollo cultural, educativo y muchos más.
Confiemos en que lo que el ejecutivo afirma, se cumpla en los hechos, y que efectivamente se sienten las bases para un cambio radical en materia de seguridad, de justicia y de aplicación del derecho en todos los campos, pero para eso, es muy importante impulsar cambios supra estructurales que nos permitan recuperar valores y principios éticos perdidos, y que podamos construir una sociedad verdaderamente comprometida con la legalidad, con el medio ambiente y con responsabilidades que le es inherentes como comunidad, donde es fundamental que el cambio comience por cada uno de nosotros.
Total de Visitas 293672842
A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
Desarrollada por HMH Sistemas
Template by OS Templates