LECTURAS

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 05/02/2019

EL ENCUENTRO CON EL SUEÑO AMERICANO

EL LEÓN NO ES COMO LO PINTAN. En los últimos meses he tenido la oportunidad de recorrer calles de varios lugares de los Estados Unidos y al paso observar sus entornos, ver a su gente y formas de vida, las contrastantes imágenes en muchos casos me han sorprendido, y es que si bien en los centros urbanos no se ve la miseria que sí se observa en países del centro y sur del continente o en África y en el Asia meridional, en las periferias citadinas sí se ven individuos pidiendo limosna, generalmente ancianos, mujeres y hombres, tanto blancos como afroamericanos y uno que otro joven en cruceros y semáforos con carteles y en situación de calle; pero yendo más allá, caminando por las barriadas de los alrededores y transitando por sitios no comerciales, no turísticos, uno se encuentra con desigualdades increíbles en el que se supone país más rico del mundo.

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO. Todo lo anterior, según mi percepción, lo vengo a corroborar en un informe publicado el 28 de junio del año pasado, mismo que completo se puede encontrar en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional y que se resume en algunas de las observaciones que retomo del  amplio estudio hecho por Philip G. Alston, relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, de acuerdo con los resultados de una investigación realizada hace un par de años en las principales ciudades estadounidenses. "Unos 40 millones viven en pobreza, 18,5 millones en pobreza extrema y 5,3 millones viven en condiciones de pobreza extrema, propias del tercer mundo. En un país rico como Estados Unidos, la persistencia de esta condición social no se puede entender de otra forma a que es una decisión política adoptada por quienes están en el poder”.

LA TIERRA PROMETIDA. "Los defensores del status quo señalan a Estados Unidos como una tierra de oportunidades, como la ancestral tierra prometida, un lugar donde el sueño americano puede hacerse realidad porque los más pobres pueden aspirar a llegar al grupo de los ricos. Pero la realidad actual es muy distinta, pues así como ganas gastas. Estados Unidos tiene ahora una de las tasas más bajas de movilidad social intergeneracional de los países ricos. Las altas tasas de pobreza infantil y juvenil perpetúan la transmisión de la pobreza entre generaciones y aseguran que el sueño americano rápidamente se convierta en la ilusión o pesadilla americana. La igualdad de oportunidades, que en teoría es tan valorada, en la práctica es un mito, especialmente para las minorías y las mujeres, pero también para muchas familias de trabajadores blancos de clase media".

AMÉRICA PARA LOS AMERICANOS. La imagen que se nos ha presentado al exterior por parte de políticos y de algunos medios estadounidenses es de que los ricos son trabajadores, emprendedores, patriotas e impulsores del éxito económico, mientras que los pobres son vagos, perdedores y tramposos. Como consecuencia de ello, se asume que el dinero que se gaste en bienestar social es dinero tirado. La realidad, sin embargo, es muy diferente. Muchos de los más ricos no pagan sus impuestos a las mismas tasas que lo hacen otros, acumulan gran parte de sus fortunas en paraísos fiscales y la mayoría obtienen ganancias de la especulación, en lugar de contribuir a la riqueza general. En toda sociedad hay quienes abusan del sistema en todos los niveles. Pero, en realidad, los pobres son mayoritariamente quienes nacieron en la pobreza, o cayeron allí por circunstancias que se hayan fuera de su control, como las enfermedades".

EL DESTINO MANIFIESTO. Otro aspecto que retoma el informe es la criminalización de los pobres que se da cuando las personas sin hogar son criminales por la situación en la que se encuentran, dormir a la intemperie, sentarse en lugares públicos, mendigar, orinar en público y otras muchas infracciones han sido concebidas para atacar 'la plaga' de los sin techo, castigar y apresar a los pobres es la respuesta, el encarcelamiento es usado para hacer temporalmente invisibles los problemas sociales y crear la ilusión de que se hace algo. Al pensar en los pobres, los estereotipos raciales se asoman. Se asume que los pobres son mayoritariamente personas de color o inmigrantes hispanos. El rostro de la pobreza en Estados Unidos no solamente es negro o hispano, sino también blanco, asiático y de muchos otros orígenes, aunque ellos lo nieguen. Realidad, la anterior que solo puede ser explicada por la discriminación estructural basada en la raza.