ENTRE LA CHIMOLTRUFIA Y CHESPIRITO
Sin que hasta el momento se haya presentado alguna inconformidad pública, mucho menos una demanda de juicio político por parte del resto de munícipes o de algún sector de la población afectada como debiera ser, la semana pasada, el 15 de junio, en una nota como para Ripley, varios medios locales cabecearon: “Por inseguridad, retiran seguridad en casetas de vigilancia en Armería” y en la información del reportero Luis Rosales, se apunta que El alcalde Ernesto Márquez en la reunión plenaria del proyecto metropolitano, lamentó las carencias que se tienen dentro de la dirección de seguridad pública.
Con este horno que no está como para bollos, cabría preguntarse “¿Y ahora quien podrá defendernos?”. Yo no sé si el alcalde de Armería o su gente sepan o tengan acceso a la Internet, pero si lo tienen sería bueno que revisaran, para que se dieran cuenta de cómo, con este otro motivo, están siendo calificados.
En dicho despropósito, por decir lo menos, se abunda que “La inseguridad que prevalece ha orillado a la dirección de seguridad Publica de este municipio a retirar los elementos policiacos que se encuentran de guardia nocturna en las casetas de policía a la salida de El Paraíso y la que se ubica en el crucero de Periquillos. El retiro de los elementos por la noche se dio días después de que dos elementos de la policía municipal fueron despojados de sus armas por dos jóvenes”.
Ante este acto de evidente negligencia e incapacidad política del alcalde, los más afectados aparte de la población por la falta de seguridad en las casetas son los taxistas, quienes lamentan que con la falta de elementos están propensos al asalto “si de por si cuando había policías no supervisaban el pasaje, ahora que no hay nadie en la noche cualquiera nos puede asaltar o hasta matar pues podemos tomar a un pasajero armado”.
Cabría recordar a esas cortas memorias que efectivamente, la instalación de las casetas de vigilancia policial obedeció, de origen, allá por los noventas, a una sentida demanda de la gente pacífica de los barrios llamados “bravos”, pero predominantemente de los taxistas que estaban siendo asaltados y en muchos casos cruelmente asesinados en sus propios vehículos. Esperamos que con esta necia decisión que a nivel municipios Armería, ha secundado del ayuntamiento villalvarense, no volvamos a reeditar dicha trágica película.
Para cerrar, también recordarles a los dos de los tres actuales ayuntamientos panistas, el de Armería y Villa de Álvarez, que en detrimento de la población que están para proteger están violando flagrantemente la Ley del Municipio Libre del Estado de Colima vigente, cuyo marco normativo rige su ejercicio público en sus artículos 45 y 47, en los que de manera muy puntual se precisan las facultades y obligaciones de los ayuntamientos y presidentes municipales ¿La conocen? De ser así, pareciera que violar la Ley es su norma.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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