Ética empresarial por un bien común

Tania Alejandrina Miramontes Soberano | Opinión | 31/05/2011

En la actualidad existen muchos problemas derivados de la conducta laboral, los cuales se deben sin duda alguna a la falta de principios y valores. Direccionando así al fin de una ética profesional.

La ética tiene que ver con la moral, la conciencia y como fin un bien común, es decir la práctica de principios y valores, con el fin de actuar con coherencia ante las situaciones presentadas a lo largo de nuestra vida. Es importante comenzar con este concepto para así continuar con que la ética se aplica en todos los aspectos de la vida, pero hoy nos referimos a la ética profesional.

Los principios y valores adquiridos a través de los años, determinan la conducta de las personas, lamentablemente el medio laboral está contaminado por factores externos tales como sociales, políticos, económicos, entre otros, que a su vez afectan los objetivos propios del bien actuar convirtiéndolos en anti valores, más allá de generar una competitividad real, como supone el desarrollo de un profesional. Pero existen otros factores que son individuales que merman el desempeño laboral del profesional, como la falta de compromiso y honestidad principalmente.

Por tales motivos las empresas establecen normas para regular la conducta laboral, que si bien no son penalizadas por ninguna ley, tendría que considerarse que el juicio final es el propio, apoyado por la conciencia de conocer lo bueno y lo malo, sin olvidar que la intención determina el resultado de la acción.

Aunque mucho tiene que ver también el compromiso personal que cada profesional demuestra a la Institución que depende, porque de otra manera cuando el desempeño es más que técnico, el resultado es carente de valores y principios, por ejemplo: en el trabajo de oficina, los trabajadores que no respetan horarios de entrada, o los Administradores que desvían recursos económicos, o el favoritismo evidente del Directivo hacia uno de sus colaboradores. Es decepcionante darse cuenta que no bastan los compromisos públicos que el profesional adquiere cuando se le otorga algún grado, porque los compromisos tienen que ver con una conciencia interna y propia de la persona.

¿Cuántos directivos y administradores conocemos que en poco tiempo “aprovechan” con gran alevosía y ventaja de los privilegios del poder?

Esa es la verdadera realidad empresarial, la pregunta no debería quedar en el aire, porque no existen obviedades cuando las acciones reflejan comportamientos anti éticos.

Entonces el llamado no es para los Directivos sino para quienes designan los puestos. Empresarios entendemos que las decisiones son influenciadas muchas veces por cuestiones políticas pero no olvidemos que el principal objetivo es la prosperidad de las empresas.

Profesionales desempeñemos un trabajo digno, enriquecedor, que nos permita un crecimiento Profesional y recordemos que la decisión de ser, actuar y estar es individual, decidir afectar o no a terceras personas con nuestro actuar es de nuestra conciencia, por eso partamos desde allí.