“El libro Manzanillo Cuidad-puerto fragmentada ayudará a descubrir y comprender la razón más profunda de esta ciudad como expresión de una tradición portuaria y a dibujar la ruta que apunta a la modernidad en el nuevo contexto de globalización en el mundo”, aseguró la senadora Martha Leticia Sosa Govea al presentar esa obra el día de ayer en el auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Colima.
El trabajo de Manuel González Villa es para la legisladora una labor interesante, fundamentalmente enriquecedora, que tomó como punto de partida la condición natural de Manzanillo como puerto antes que ciudad durante el periodo colonial, y su desarrollo histórico como fuente de comunicación y base socioeconómica no sólo de la región sino incluso del país en su naciente configuración post-independista. “Una configuración en un mundo que al mismo tiempo enfrentaba sustanciales cambios en sus procesos de desarrollo”.
“Desde los primeros capítulos, González Villa resalta la característica de la fragmentación por la diversidad portuaria, al ofrecer desde la creación, modificación y transformación técnica de la infraestructura como puerto en el periodo de 1899 a 1940, un espacio comercial con servicios de carga y descarga, no solamente al interior sino también al exterior”, manifestó Sosa Govea.
Por otra parte, invitó a los estudiantes a que se introduzcan a las letras de este libro, las cuales les resultaran ágiles y amenas, sobre todo cuando analicen los cuadros estadísticos, las fotografías y la serie de anexos que lo componen.
El otro presentador fue el secretario privado de Rectoría, Rogelio Pizano Sandoval, quien en su intervención expuso que no es producto de la casualidad el resultado del libro, sino de un trabajo exhaustivo e interesante de investigación del puerto de Manzanillo.
“En la introducción el autor menciona que Manzanillo constituye un lugar de innegable dinamismo económico y primordial participación en el Producto Interno Bruto (PIB) estatal, puesto que durante el 2005 generó 22 mil millones de pesos de impuestos, sólo por el manejo y operaciones del tráfico portuario comercial de carácter regional, nacional e internacional. Mientras, en el sector turístico, esta metrópoli representa el quince por ciento de ese PIB estatal y por el tamaño de su población constituye la segunda ciudad más importante en el estado, registrado en el 2005”, apuntó el funcionario.
Igualmente, consideró que esta obra editorial es importante, útil e interesante, que habrá de servir de herramienta a maestros, alumnos y personal especializado en estudio de un puerto colocado desde hace ya un tiempo en el concierto nacional e internacional.
Rogelio Pizano concluyó su exposición al asentar que no se puede concebir a nuestro país sin Manzanillo, “sin su gente que es cálida, amable y jacarandosa, pero sobre todo entregada al trabajo cotidiano, sin perder de vista que su crecimiento natural ha hecho que la brecha económica sea más visible y se ensanche aun más, porque es cierto que hoy hay más empleo y más riqueza, pero para algunos cuantos, en tanto encontramos mucha pobreza por otro lado y múltiples carencias”.
Por último, el autor de la publicación hizo tres apreciaciones con respecto a su obra: La primera, dijo, que a diferencia de Tecomán y Colima, Manzanillo es una ciudad eminentemente industrial, pues Tecomán es un centro agrícola, mientras que Colima es más administrativa y política. Una segunda idea es que la familia Brun en el siglo XIX aprovechó las ventajas del puerto para poder traer sus mercancías a Colima, ya que antes era casi imposible que pudieran llegar los productos a esta región y una tercera reflexión es sobre las catorce familias de Tecomán que se mencionan en el libro, que lograron desarrollarse aprovechando las condiciones geográficas de este lugar.
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