PARANORMAL

NANCY GONZÁLEZ FLORES | Opinión | 01/04/2011

EL MUÑECO QUE COBRÓ VIDA DENTRO DEL ANTIGUO CLOSET

“A partir de esa amarga experiencia acabaron esos años de colección, aún no comprendo porque ocurren hechos así con muñecos inanimados que repentinamente cobran vida sin motivo alguno, probablemente sea que nuestros propios temores se materializan en las cosas que no queremos enfrentar o solo sean caprichos de este inexplicable mundo”.

La historia fue relatada de la siguiente forma:

“Durante mi infancia coleccioné muñecas como si se trataran de trofeos, cada cumpleaños o navidades eran añorantes y significativos como para cualquier otra niña de 10 años. Esa perspectiva cambió cuando a mi hogar llegó un obsequio dirigido a mi hermana mayor de parte de un familiar que llegó de visita. El presente se trataba de un payaso de trapo con una robusta dimensión que a primera estancia me ocasionó una mala impresión”.

“Una vez que mi hermana notara el completo desagrado que expresaba ante la presencia de dicho monigote comenzó a molestarme amenazándome que en cualquier momento el muñeco cobraría vida e iría hasta a mi para lastimarme”.

“Esta jugarreta llegó al límite de convertirse en una promesa cuando mis hermanos y yo jugábamos a las escondidillas. Siempre me ocultaba dentro del closet de una habitación que ungía el servicio de bodega. En su interior se guardaba ropa y abrigos en su total extensión que colgaban sobre viejos y apolillados ganchos de madera mientras que sobre el piso se encontraban cajas de cartón selladas, llenas de triques inutilizados por años las cuales me servían para quedar fuera de la visibilidad de cualquiera que me buscara”.

“Una vez dentro, cuidadosamente recorrí la puerta y me senté al fondo del oscuro y frío armario esperando ser la última en encontrar. Al acostumbrarme a la oscuridad me sentí en compañía de un bulto ubicado a mi lado izquierdo, para asombro mío se trataba del payaso de mi hermana el cual reposaba inerte junto a mi quedando completamente paralizada de la impresión. Obviamente había sido autoría de mi misma hermana quien deliberadamente colocó allí al adefesio para incomodarme, cometido que indiscutiblemente consiguió en dicho hallazgo”.

“No sabría precisar o describir ese terrible momento, solo recuerdo que mientras contemplaba detenidamente el rostro de tan perturbante presencia, éste se me abalanzó a la cara sujetándome del cabello, en ese preciso momento grité con todas mis fuerzas al verme atacada, desesperadamente golpeé con los pies las puertas del closet para que acudieran a mi auxilio”.

“Afuera claramente lograba escuchar las carcajadas de mi hermana ignorando lo que en realidad pasaba. No tengo la menor idea del tiempo que pasé tratándome de liberarme de aquel engendro diabólico aunque para mi haya transcurrido toda una eternidad cuando finalmente mi papá logró sacarme de allí, pero para asombro del caso es de que mi propia familia atestiguo lo antes descrito”.

“El muñeco continuaba sujeto sin la mínima intensión de soltarme, al principio mi padre creyó que el juguete se me había terminado atorando en mis cabellos dando origen a mi incontrolable histeria. Pero fue peor que eso ya que mi papá descubrió las pequeñas manitas empuñadas del payaso completamente aferradas a mí”.

“Horrorizado ante tal escena comenzó a rezar en vos alta mientras tiraba de él… hasta conseguir que me soltara, una vez lográndolo azotó al muñeco sobre el suelo donde lo bañó con alcohol y finalmente le prendió fuego. Atónitos observamos hasta que se consumió a cenizas”…