BITÁCORA REPORTERIL

Administrador Colimapm | Opinión | 14/12/2017

GANA ANAYA, PIERDE EL PAN

Allá por el 2013, cuando era reportero de Ángel Guardián, me tocó cubrir la visita del presidente nacional del PAN en aquel entonces, Gustavo Madero. El evento fue en el salón de convenciones de un hotel muy concurrido que se encuentra sobre el Tercer Anillo Periférico. Hubo rueda de prensa con todo y galletitas y refrescos. Mientras casi todos los reporteros asediaban a Madero en la clásica entrevista banquetera, me acerqué a la mesita de canapés por un refrigerio.

Ahí estaba, comiendo galletitas también, Ricardo Anaya, en ese entonces presidente de la cámara de diputados. La conversación fue breve, casi fugaz, pero recuerdo bien que en mi calidad de ciudadano apartidista, le dije –en esas condiciones se lo expresé—que él tenía muy fuertes posibilidades de ser candidato del PAN a la presidencia de la república en el 2018.

Recuerdo que esbozó una sonrisa y me estrechó la mano. Eso se lo dije de manera genuina. En ese tiempo Anaya era un político desconocido, que emergió de la política local de Querétaro para ocupar cargos de segundo nivel durante la administración de Vicente Fox y Felipe Calderón. Por eso su habilidad discursiva y su destreza para construir argumentos le dieron notoriedad en la cámara de diputados cuando ocupó la presidencia del congreso de la unión. 

Eran los tiempos del pacto por México, cuando el presidente Peña Nieto tenía buenos niveles de popularidad; ahí Anaya supo construir su imagen, la cual, por cierto, quedó muy demeritada por el pasado proceso interno para definir la candidatura a la presidencia de la república. Ganó Anaya –se lo tienen que reconocer--, porque se supo imponer a Margarita Zavala –con todo y Calderón atrás--, a Mancera, a Moreno Valle y a Gustavo Madero.

Ganó Anaya, pero perdió el PAN –así lo veo--, pues quedó muy reducido en las posiciones estratégicas del poder. Cedió una gran cantidad de posiciones que ni en sus sueños hubiera soñado el PRD y Movimiento Ciudadano conseguir. De perder la presidencia, Anaya no sólo habrá terminado con sus aspiraciones personales, sino que le infringirá un daño importante al panismo. Y claro, Anaya ya no tiene el encanto y el carisma de aquel 2013.

DOS PUNTOS

Hace una semana el gobernador Ignacio Peralta tuvo el acierto de nombrar a Jaime Flores Merlo como secretario de Educación. Es un funcionario de carrera, de formación sindicalista, institucional y que tiene un profundo conocimiento de cómo funciona la Secretaría de Educación. Inteligente y jovial, sabrá implementar la política educativa que impulsa el gobernador.

INTELIGENCIA CONTRA EL CRIMEN

A Ignacio Peralta no sólo le tocó lidiar con una situación financiera adversa, sino que también ha tenido que resolver el rezago en materia de seguridad pública: la falta de policías –por los menos 500 más de los que ya están en funciones—y de equipamiento e infraestructura. Con la creación en Colima del Centro de Coordinación, Control, Comando, Comunicación, Cómputo e Inteligencia (C5i) se avanza en gran medida en reducir este rezago. 

Pero dimensionemos esta obra: se invirtieron 800 millones de pesos. Cuenta, por lo mismo, con 825 cámaras de video vigilancia al servicio de la seguridad pública, 13 arcos carreteros para la identificación y control vehicular y 2 mil botones de enlace ciudadano para una comunicación directa entre ciudadanos y autoridades.

El C5i  iniciará en las primeras semanas del próximo año y se prevé  que esté en plenas condiciones operativas el 2019. No se trata de un edificio, sino que es un modelo operativo de máxima coordinación entre las instituciones de seguridad pública de los tres ámbitos de gobierno.

Las 825 cámaras se colocarán en 275 puntos –presumiblemente las zonas consideradas como focos rojos de inseguridad--, cada uno integrado por cámaras fijas de alta resolución, con una captación de video de 180 grados, apoyadas por una cámara móvil con capacidad de 360 grados en giro horizontal y 180 grados verticalmente. Estos dispositivos podrán visualizar objetivos a más de 500 metros de distancia.

Se contará, además, con un avanzado sistema óptico de cámaras lectoras de placas automovilísticas, capaz de identificar matrículas con reporte de robo o involucradas en algún ilícito. Este sistema se desplegará en 85 puntos estratégicos, ampliando la seguridad vial y el control de tránsito en áreas urbanas.

Se utilizará, asimismo, una avanzada plataforma de gestión de video. Esto permitirá la visualización en tiempo real de las imágenes captadas por las cámaras en muros compuestos por secciones modulares de LEDs de última generación; también se dispondrá de una red de transporte de datos híbrida, formada con enlaces de fibra óptica e inalámbricos, que brindarán una alta capacidad de transmisión de información de manera segura.

Celebro que el gobernador cumpliera con este compromiso, pues no sólo palomea una promesa cumplida más, sino que en términos de avance tecnológico coloca a la vanguardia a Colima. Sin embargo, los resultados deben ser tangibles. Por eso espero que haya una efectividad mayor en la detención de criminales, sobre todo de los sicarios del crimen organizado.

Espero que esta tecnología no quede como un elefante blanco y que las cámaras sean una pieza de boato. Y es que recuerdo que en el 2013, durante el gobierno de Mario Anguiano, cuando inauguraron el C4, se auguraba que esta infraestructura sería clave para la persecución de los delincuentes. Bueno, ya sabes cómo terminó todo eso.

Dos puntos

Fue un negocioso lo de las cámaras en aquel entonces, pues costó una lana su instalación. Aunque a los pocos meses se descompusieron algunas. No hubo un dato exacto de cuántas cámaras se instalaron y cuántas de éstas servían, pero lo que sí se sabía es que nunca se detuvo a nadie con esta tecnología; y eso que hubo en esos tiempos la ejecución de Silverio Cavazos, una balacera en el centro de la capital, entre otros hechos violentos de la zona conurbada. Por cierto, cuando se instalaron las primeras cámaras era secretario general de gobierno Jesús Orozco Alfaro.