"EL ALMA DE LOS JINETES"

COLIMA DE AYER | Opinión | 11/11/2017

Nogueras es un pueblo ubicado en el municipio de Comala en el estado de Colima. Es un asentamiento de gran antigüedad que aloja en el suelo un alto volumen de cerámica prehispánica encontrada en tumbas de tiro localizadas en la región. Llevó el nombre de Ajuchitlán (se pronuncia Ayuchitlán), una palabra de origen náhuatl que significa "Valle de las flores". Fue en 1704 cuando el español Juan de Noguera llegó a estas tierras y fundó la Hacienda de Nogueras que en su momento fungió como una de las empresas azucareras más importantes de la región.

Tres jinetes cabalgan por las brechas de las tierras altas de Colima. Se abren paso en la espesura bajo el manto de la luna llena. No había dejado de llover en tres días. En esos momentos sucede el mes de agosto. El fatídico año de1927 acorrala a los forasteros en una localidad llamada Nogueras. Al acercarse a la hacienda arrecia la lluvia. Se escuchan los perros alertando su presencia. Las sombras altas y espigadas de los árboles son amargas y los ruidos en los caminos perturbadores. El nerviosismo de los jinetes y sus bestias declaran la prisa que llevan dentro. Relámpagos inoportunos delatan la posición de los tres. El resuello de los caballos y el ruido de los cascos atraen al vigilante de la hacienda.

- ¿¡Quien vive!?- Grita el de Nogueras embraveciendo la tempestad.

- ¡Déjanos pasar por el puente! ¡No venimos a hacer maldades!- Responde con voz firme uno de los jinetes al mismo tiempo que arroja una bolsa con monedas a los pies del guardia.

-¡Ya no hay paso señores! ¡El agua se llevó todo!-

Los truenos en el cielo intensifican la escena.

Bailando violentamente los caballos arrancan los tres con rumbo al vado de Nogueras. Al llegar ven entre la oscuridad la peligrosa corriente del arroyo crecido.

Antes de reaccionar aparece detrás de ellos un hombre de huaraches. Vestía una china (cobertor hecho de palma) negra y un sombrero que no dejaba ver su rostro.

-¡Yo puedo hacer que crucen por ahí! ¡Pero van a tener que darme algo a cambio!- Dijo el misterioso hombre.

-¿¡Que quieres a cambio muchacho!?-

-¡Para ti soy señor; no se te olvide nuca!- Al decir eso reveló su rostro putrefacto. Las cuencas de los ojos eran unos agujeros profundos y espantosamente negros era el mismísimo ……….

Al ver la terrible escena un rayo hizo pedazos un árbol cercano. Los de a caballo por poco caen al fango negro del paso ante el espanto de sus monturas. La lluvia intensificó su furia y los ventarrones levantaban la hojarasca del camino.

-Igual los van a matar aquí yo sé lo que les digo. Vengo rondando sus pasos desde hace días. Y aquellos que los persiguen vienen decididos. La suerte está echada.-

-¿Qué quieres a cambio?- Dijo el más viejo de los tres.

-¡Sus almas! ¡Van a vivir por muchos años a mi servicio! ¡Yo sabré cuando dejarlos descansar! ¿¡Que dicen!?-

Se cuenta por ahí que la cruz que existe en el vado de Nogueras fue por el alma de aquellos tres jinetes que prefirieron abarrajarse a caballo y morir ahogados en la crecida del arroyo. Desafiaron al diablo. Por ahí también cuentan que fue la muerte quien les perdonó la vida al ver el valor por defender sus almas. Dicen las malas lenguas que a aquellos hombres se les vio después en unas fiestas de Colima, ricos y bien vestidos, pasando desapercibidos entre las gentes pero también todavía los han visto caminar por ese frondosos y exuberante camino para prevenir encontrarse con el diablo.

Autor: Osvaldo Mendoza (El Legendario Baldo)

Fotografía: Christian Villicaña

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