La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) clausuró un banco de material pétreo del ejido “Miguel de la Madrid”, comunidad de El Colomo, Municipio de Manzanillo, por no contar con las autorizaciones oficiales en las materias forestal y de impacto ambiental para el cambio de uso de suelo en terrenos forestales.
Dicha clausura se impuso de conformidad con lo previsto por los artículos 119 penúltimo párrafo y 139 fracción XII del reglamento interior de la SEMARNAT, así como del artículo 161 fracción II de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, procediéndose a colocar once sellos.
Los inspectores actuantes de esta Procuraduría, por tal efecto, levantaron cuatro actas de inspección por ambas materias al banco de material ubicado por la carretera libre El Colomo-Manzanillo, y a la vez procedieron a imponer como medida de seguridad la clausura total temporal de toda actividad que se esté llevando a cabo en el predio hasta en tanto no se cuente con las autorizaciones oficiales que otorga la SEMARNAT.
Durante la actuación, personal de la PROFEPA observó que se arrasó totalmente la vegetación en un área de 2 mil 500 metros cuadrados con maquinaria pesada, específicamente especies forestales conocidas en la región como cuachalalate, panicua, majahuas, ozote, entre otras, con diámetros que oscilaban de 4 a 25 centímetros y alturas de 5 a 10 metros, que forman parte de la selva baja caudocifolia y cuya superficie afectada fue de 4.800 M3 rollo total árbol.
Se apreció en el predio que fue modificada la vocación natural del terreno al haber sido removida la vegetación forestal, toda vez que de acuerdo a las evidencias encontradas en el sitio y tomando de referencia la vegetación testigo de los terrenos contiguos, se observó que fue interrumpida la distribución de la misma al haber sido eliminada la vegetación natural, afectando la continuidad y distribución de masas heterogéneas de especies forestales.
En el área afectada se removió el suelo y se extrajo material pétreo, observándose en el sitio cortes de tres a quince metros de altura. Debido a estas actividades de explotación, se apreció la modificación de la topografía original del terreno, con terracerías, excavaciones, cortes y taludes, para la remoción, movimiento, almacenamiento y traslado de materiales pétreos, detectándose taludes con pendientes o ángulos casi rectos, sin que se aprecien bermas, cunetas o sistemas de retención o control de aguas pluviales.
Asimismo, fueron apreciados restos de la vegetación forestal removida derivada del cambio de uso de suelo, cuyos trabajos iniciaron hace quince días aproximadamente, utilizando maquinaria pesada para cambiar la vocación de los terrenos, removiéndose completamente la cubierta vegetal forestal y suelo, para dedicar los terrenos a la explotación de materiales pétreos.
Al no realizarse la explotación del material al amparo de una autorización en materia de impacto emitida por la SEMARNAT, no son adoptadas medidas de control, protección o de mitigación a favor del medio ambiente, la flora y fauna silvestre, vegetación forestal y suelo. Simplemente, la vegetación forestal y suelo son eliminados sin ser utilizados para labores de composteo o recuperación de suelos; los trabajos no consideran alturas y estabilidad de taludes, control de escorrentías y demás medidas para la explotación de un banco de materiales, lo que propicia inestabilidad del terreno, derrumbes y arrastres de material por erosión hídrica y eólica.
Por tanto, de continuar estas actividades de extracción de materiales pétreos sin ningún tipo de medidas de prevención, mitigación o restauración, los daños al ambiente continuarán incrementándose con mayor afectación forestal, pérdida de suelo, disminución en la captación y erosión, por lo que es necesario que el proyecto sea sometido a evaluación en materia de impacto ambiental ante la SEMARNAT.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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