PARACAIDAS

ROGELIO GUEDEA | Opinión | 24/08/2017

HAY QUE ESTAR DEL LADO DE LA SOCIEDAD

Pronto olvidamos que el gobierno se formó para favorecer a la sociedad que representa, a la cual se debe y para la que busca todas las vías que le prodiguen su propio bienestar. Los hombres que trabajan en el gobierno (llamados servidores públicos, vaya nombre emblemático) no pueden pensar sino en función de esta propia lógica: están ahí para servir a los demás, no para aprovechar las facultades que les da la sociedad para servirse a sí mismos, porque si están ahí cumpliendo esa función es ni más ni menos por esa sociedad que, a través del propio gobierno a quien le entregó su poder soberano, les brindó tal encomienda. Desvirtuada totalmente la idea de las funciones sustanciales de un gobierno y de sus servidores públicos, la sociedad se ha quedado prácticamente en el abandono, con gobiernos que le dan la espalda y con servidores públicos que las desvalijan, todo eso sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo, pues las mismas fuerzas del Estado están en manos de aquellos mismos que cometen las infamias sociales. Por eso, si algo volverá a dignificar el servicio público será esa convicción de volver a ponernos del lado de la sociedad, por encima de la legalidad (cuando se trate de hacer justicia) y más allá de cualquier interés particular, a fin de evitar la corrupción y la impunidad. Dos casos recientes, todavía sin resolverse, pueden ejemplificar perfectamente este atentado contra la sociedad de parte del gobierno. El primero de ellos, por todos conocido ya, se refiere al caso del despido masivo de maestros de educación básica de nuestro Estado y, el segundo, al conflicto que ha suscitado la implementación de las mototaxis en el municipio de Cuauhtémoc. En cuanto al tema del despido masivo de maestros queda claro que fue una errática decisión del gobernador Nacho Peralta, quien al día de hoy no ha podido resolver los estragos que siguen ocasionando y que ocasionarán en el futuro inmediato la fusión de grupos y el cierre de turnos en la entidad, un daño que impacta directamente en la calidad educativa de los colimenses y en miles de familias. ¿Por qué el gobernador, pudiendo prever este agravio social, no lo detuvo antes? ¿Por qué incumplió su compromiso de no ocasionar estos estragos educativos y sociales en plena implementación del Modelo Educativo que, supuestamente, vino a cambiarnos la vida? El tema de las mototaxis también contraviene un acto de justicia social contra aquellas personas que no tienen la oportunidad de transportarse. No podemos, pues, subordinar lo legal a lo justo jamás, y si bien tampoco esto se está debatiendo (ya que es claro que se trata de un pleito político e incluso de mera filiación partidista), el alcalde de Cuauhtémoc ganará porque no ha hecho sino ponerse, simplemente, del lado de la sociedad, y ésta –váyanla a ver y compruébenlo- está contenta con el servicio que se les está dando, un servicio seguro, a bajo costo (gratis incluso para las personas de la tercera edad) y que no daña a terceros. Lo repito, pues: dejemos de pensar en nuestro beneficio y pensemos en el beneficio de la sociedad, que hoy más que nunca necesita que se le regrese su dignidad, su importancia y su fortaleza cuando pensamos en el destino que queremos para Colima. Yo estoy del lado de la sociedad, por eso –y quizá sólo por eso- duermo siempre muy tranquilo.

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