LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 23/08/2017

INTERESANTE EL TRABAJO DE LA DIPUTADA ROSA

Algo por lo que siempre he luchado es por el respeto a los derechos de las mujeres, el defender a mi género ha sido sin duda alguna, uno de los temas más tocados en mis columnas. Soy una convencida de que la participación de la mujer en la sociedad, en política y en el mundo empresarial es determinante para una verdadera transformación de fondo, que ofrezca por consiguiente, una excelente calidad de vida, con un trato más humano y con una visión más maternal, más protectora de los integrantes que forman parte de dicha sociedad.

A lo largo de mi vida y de la vida contada por otras mujeres, hemos tenido que sobreponernos una y otra vez a la hostilidad del sexo opuesto que en el hogar, en el trabajo, en los espacios de participación en política, en los medios de comunicación y en la sociedad, se ha dejado constancia que aun en pleno siglo XXI, la aceptación de la participación de la mujer es lamentablemente de dientes para afuera.

Resulta impensable para algunos que sea la mujer quien encabece gobiernos, pero más crítico aún, que sea la mujer el estandarte de lucha de la transformación social, fuimos hechas para soportar el dolor, la tristeza, la decepción, la incomprensión, la ingratitud y con cierta impotencia debo decirlo, al parecer fuimos hechas para ser el muro de contención de las diversas modalidades de violencia, en donde diariamente en diferentes partes de nuestra entidad, de nuestro país y del mundo, somos blanco permanente de violencia, de acoso sexual y en lo más crudo, la mujer es víctima de feminicidio, que es la máxima expresión de violencia contra una mujer, por el hecho de ser mujer.

Cada mujer desde su trinchera ha aportado elementos que considera importantes para la defensa de nuestro género, sin embargo aún queda mucho por hacer para combatir esta contracultura que desde edades tempranas en el hogar, ya ha originado historias que al ser contadas o dadas a conocer a la opinión pública, han cimbrado a la sociedad. Es desde la familia en que las figuras de autoridad de casa refuercen el respeto a las mujeres, es en la escuela donde los padres de familia deben apoyar a los maestros para que la mujer, no sea víctima de ninguna modalidad de violencia, ni en la casa, ni en la escuela, ni en la calle.

Es por ello que veo con muy buenos ojos la propuesta de Gabriela Sevilla, la diputada Rosa, quien recientemente ha trabajado de manera entusiasta y enérgica para combatir el “Acoso Sexual” y coincido totalmente en señalar lo molesto que resulta para una mujer el que alguien nos falte al respeto con palabras que tienen cierto contenido sexual o miradas torvas que nos hacen sentir incómodas, pero que además buscan intimidarnos para ponernos a merced de mentes enfermas que andan a bordo de unidades del transporte público y también debemos decirlo, caminando en las calles o a bordo de los vehículos.

Y es su iniciativa de “Transporte Rosa” lo que me parece interesante, sobretodo si hablamos de tener unidades de transporte exclusivas para mujeres y niñas, que garanticen que en ingresos y egresos del trabajo o de la escuela, podrán transportarnos de manera segura, evitando así el exponernos al Acoso Sexual o al conocido “repegón” que se da a menudo en las diferentes rutas de camiones. Incluso en ciudades con gran concentración de personas, ya existen camiones rosas y vagones del tren eléctrico urbano, exclusivos para mujeres.

Yo le sumaría a la propuesta, que me parece muy interesante, que existan taxis rosas, para uso exclusivo de la mujer durante el día. Con estas acciones vamos evolucionando en temas de protección a la mujer.  ¡Bien por la diputada Rosa!