LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 10/08/2017

UNIFORMES ESCOLARES…

Uno de los proyectos que más ha beneficiado a los educandos porteños de los niveles de preescolar, primaria, secundaria y telesecundaria, es sin duda el de los uniformes escolares y es que para la mayoría de los hogares que tienen dos o más hijos, representa un respiro muy significativo para quienes se ahorrarán el comprar los uniformes, centrando los esfuerzos en adquirir los útiles escolares.

Y es que hubo quienes se atreven a cuestionar este programa, pero cabe hacer una pregunta ¿qué opinan quienes tienen hijos, sobrinos o ahijados? La verdad la respuesta es inmediata, lo ven como un apoyo que se traduce en ahorro del gasto familiar. Y si estamos generando sociedades conscientes, debemos partir de que los tres niveles de gobierno deben participar para aportar desde su trinchera, elementos para fortalecer al sector educativo. La educación es cierto que es un derecho, pero al mismo tiempo, una responsabilidad compartida entre gobiernos, padres de familia y sociedad.

En la parte del gobierno estatal se han hecho grandes esfuerzos por garantizar que los libros de texto estén en manos del alumnado, así como a través de la Secretaría de Educación generar los Consejos Técnicos Escolares que capacitan a Supervisores, Directores y maestros en temas para implementar el Nuevo Modelo Educativo, por mucho un gran paso para que nuestra niñez y adolescencia tenga a los mejores maestros, estudien es escuelas recién rehabilitadas en su infraestructura, con el equipamiento más moderno y con el compromiso de impulsar la educación con la gestión desde el gobernador hacia el ejecutivo federal, para obtener recursos que se aplicaron a través del programa “Escuelas al 100”.

Es entonces donde la visión de la presidenta Gabriela Benavides Cobos se materializa en un programa, que con una inversión aproximada a los 22 millones de pesos, entregará uniformes escolares a los estudiantes de las escuelas públicas; coadyuvando con el gasto a los padres de familia y además, sumándose a los esfuerzos del gobierno que encabeza José Ignacio Peralta para impulsar la educación en el municipio.

Manzanillo fue desde hace algunos años el promotor de este programa de uniformes escolares, mismo que ha sido imitado por algunos municipios en la entidad a menor escala, pero es en este año, donde la alcaldesa Gaby Benavides pone a toda la maquinaria del Honorable Cabildo a trabajar, para de manera unánime superar la inversión del año anterior, misma que osciló en 17 millones. Ahora se destinan cinco millones más para garantizar que los alumnos reciban el uniforme de diario y el deportivo en todos los niveles de Educación Básica, y para Primaria se le agrega el calzado escolar, resultando los más beneficiados con este programa los más pequeños que cursan la educación preescolar quienes recibirán pares de tenis y de calzado.

Así que miles de alumnos en Manzanillo esperan ansiosos la cita para ir por su uniforme, que debo decirlo como es, lo más contentos con estas acciones del gobierno municipal y los esfuerzos del gobierno estatal son sin duda alguna los padres de familia, pues como lo han dicho en reiterados eventos Gaby Benavides e Ignacio Peralta, “la mejor herencia que se le puede dar a los hijos, es sin duda alguna, una buena educación”.

LOS REMOS DE LA PANGA

REMAZO: la intolerancia a la crítica es el primer síntoma del fascismo. Hay quienes consideran que la comunicación social es cuestionar sin ton, ni son. Quien me calumnió hace algunos meses considera que puede atacar a quien se le venga en gana, escudándose en un traje de ciudadano, para de manera alevosa perjudicar a los funcionarios. No somos uno, ni dos los que hemos sido objetos de señalamientos dolosos y de frases intimidatorias. Por fortuna existe evidencias de todo y tenemos documentos, pero algo mejor, la comunicación constante para actuar apegados al marco jurídico cuando se requiera y las veces que sean necesarias.

Se descalifica a un funcionario por no cumplir con sus deberes, por omitir responsabilidades o por malversar bienes y recursos, actividades que se realizan en la práctica de la función pública. El funcionario es servidor público disponible para atender los asuntos de su margen de competencia, a las 24 horas del día. Cuando han requerido los planteles educativos de mi presencia, he acudido de inmediato, cuanto tuve que realizar una evacuación masiva por un olor proveniente del puerto, lo hice con la mayor responsabilidad, cuando he atendido hasta 70 padres de familia en una jornada de 8 a 8 lo hice con el compromiso de no fallarle a quien depositó la confianza en mí y por el gusto de servir a la gente. Lo mismo al realizar todas y cada una de las visitas a escuelas y maniobras en almacén para cumplir con las ordenes de mis superiores como parte de mis responsabilidades, entre mucho más.

Eso es parte de mi función, pero como ser humano, también tengo derecho a mi vida privada, a pensar libremente y sobretodo, a usar mis redes sociales a mi gusto.

Porque el ser parte de una dependencia, no desactiva ni mis derechos humanos, ni mis garantías individuales.