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CRÓNICA: ESPERANZA I, LA REINA DEL HURACÁN

Administrador Colimapm | Opinión | 09/06/2017

 

A Roberto “Beto Rojo” Verduzco.

Promotor incansable de la belleza

como identidad de Armería.

Noé GUERRA PIMENTEL*

Corría el año de 1954, hace 63 años y era presidente de México el bien recordado Adolfo Ruíz Cortines. El llamado “milagro mexicano” estaba en su apogeo, el dólar veía para arriba al peso y el campo era el principal protagonista con una creciente riqueza nunca antes vista; Colima, entonces como entidad eminentemente agrícola se beneficiaba con esta racha y más la zona costera con la diversidad de productos en abundancia y de alta calidad, en un tiempo en el que el Estado era gobernado por J. Jesús González Lugo, quien desaforado 3 años atrás y ratificado quince días después, ponía las cosas en su lugar y se granjeaba a los colimenses con obras de infraestructura a lo largo y a lo ancho de todo el Estado.

En ese contexto de unidad y desarrollo de una comunidad rural en plena bonanza y que se beneficiaba con el crecimiento económico del país como Armería, una joven mujer, la bella Esperanza Alcaraz Osorio, que desde pequeña había crecido en el hogar de la familia Mora García, quienes la adoptaron como una de los suyos encargándose de su cuidado y formación hasta su juventud, tiempo en el que la sociedad armeritense, correspondiendo a la natural gracia, simpatía e inteligencia de Esperanza la eligió como su soberana, como la Reina que con su hermosura engalanaría las Fiestas Patrias a celebrarse aquel año de 1954.

Para tan importante evento se programó coronar a su majestad en suntuoso baile al que vendría lo más granado de la sociedad colimense y de manera destacada el propio gobernador González Lugo, quien vendría acompañado de toda la clase política, fiesta que sería amenizada por la orquesta de moda en aquella época y que con su mejor repertorio entre danzones, rumbas, mambos, cumbias, boleros y cha, cha, cha, cuando aún el Rock ni se conocía, sería la cereza del pastel en aquella real ocasión que daría cetro, bando y corona y a una de las mujeres más bellas nacidas en la región y originaria del dinámico pueblo Armería.

Todo dispuesto con una birria de res calculada para dos mil personas, en fin todo previsto para que con la más alta dignidad se celebrara el relevante acto el esperado 16 de septiembre, día de la Independencia nacional; sin embargo ocurrió lo que no se previó, los meteorólogos no existían, una fuerte lluvia con tremenda borrasca hizo imposible la celebración, obligando, para desanimo de su alteza y del pueblo entero, a posponerla para el siguiente fin de semana, lo que para desalentar a la ya asegurada concurrencia y más a la bella soberana, el clima otra vez se salió con la suya, vientos huracanados y lluvias torrenciales con una estridente tormenta eléctrica desde el atardecer de aquel día deshicieron todo lo preparado; Pasado el chubasco y esperanzados en un mejor tiempo, sacando entusiasmo de donde ya poco había, se acordó que “lloviera o tronara”, la coronación se realizaría el 28 de ese mismo mes, esta vez pospuesto el principal motivo para el día de la consumación de la Independencia de México.

Pasaron los días, el cielo escampó, las nubes abrieron paso al sol, las aves volvieron a sus nidos y la alegría regresó a la gente, “ahora sí coronaremos a Esperanza”, decían. Sin embargo y para sorpresa de muchos, aquella mañana amaneció más oscura que nublada bajo un cielo ennegrecido, lo que al paso de las horas devino en una fuerte precipitación con avenidas de agua que al paso arrastraban lodo y animales y enérgicas rachas de viento que todo lo estremecían, para de ahí pasar de escandalosa tormenta a un terrífico huracán como no había memoria, el que luego de las varias horas de angustia y zozobra a las que sometió a todos bajo la oscuridad, los de entonces, estoicos soportaron la descomunal fuerza del meteoro que habiendo tenido su entrada y mayor impacto en la costa de Armería no solo impidió el festejo, sino que dañó todo, devastando la producción en cosecha y dejando la huella lacerante del miedo ante la desolación, graves pérdidas y la desaparición y muerte de varias decenas de vecinos, dolorosa razón por la que las autoridades pospusieron por tiempo indefinido la coronación de quien sería Esperanza I, con el tiempo conocida como La Reina del huracán.

Deuda histórica que hace unos días, el pasado sábado 3 de junio de este 2017, en solemne recuerdo de las víctimas fatales de aquel meteoro y el marco conmemorativo de los 50 años del municipio, como acto capital, pueblo y autoridades con la engalanada presencia de más de treinta bellezas femeninas que en diferentes momentos y motivos representaron a lo mejor de esta gente, se rindió homenaje a Esperanza I, al ser finalmente coronada y con ello a 63 años de aquella penosa experiencia, desagraviada con los honores de un pueblo que unido muestra que sabe reconocerse en sus valores.

*Cronista Oficial del Municipio de Armería.

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