HISTORIAS DEL CENTENARIO

PEDRO PUENTE PÉREZ | Opinión | 07/05/2017

Hace muchos años, cuando Tecomán no era aun una ciudad y sus casas eran, en su mayoría, de pajarete, una señora de nombre 'Pachita', tenía fama que era muy buena para acomodar los huesos "descompuestos" como las torceduras.

Esta es otra de las historias que me contó mi señor padre, Don José Puente Fuentes, quien continúa narrando que con el fin de hacerle una broma a la señora Pachita se juntaron un grupo de vagos y uno de ellos fingió que tenía un pie 'descompuesto', por lo que llegó cojeando a la casa de la señora, todo esto con el único fin de calar a Doña Pachita para saber que tan buena era.

Cuando los atendió, la señora revisó el pié 'descompuesto: -a ver, a ver, déjame revisar... mmm está bien la compostura del pie cuesta "tanto"- le dijo a los amigos del supuesto enfermo.

Ante esto los amigos aceptaron el precio y autorizaron para que 'compusiera' el pie de su amigo: -está bien, compóngalo-, dijeron los vagos.

Luego de hacer algunos movimientos y 'sobadas' Doña Pachita la vendó el pie y les dijo: -ahora sí, ya llévenselo-.

Pero debido a que ella se dio cuenta de la broma que le estaban haciendo a propósito le descompuso de verdad el pie, por eso al momento en que quiso caminar ya no pudo hacerlo y le dice la señora: -da pues el paso-.

-Pero me duele mucho-, responde el enfermo.

-Cómo, si te lo acabo de componer-, dice la señora.

-En verdad que me duele mucho- insiste el hombre.

Entonces Doña Pachita les dice al grupo de vagos: -ahora si me dan 'tanto' le vuelvo a componer el pie, si no así llévenselo-, al ver esto el grupo de amigos tuvieron que pagarle.

Luego que Doña Pachita recibió el pago en ese mismo rato volvió a 'componer' el pie del hombre y les dice: -ahora sí, llévenselo-.

Cabe señalar que Doña Pachita tenía fama en todo el estado de Colima de ser buena para 'componer' huesos descompuestos y desde la ciudad de Colima iba gente para que ella las atendiera.

En esos años no había carretera pavimentada y, aunque ya había algunos camiones, la mayoría de las personas se transportaban en caballos, por lo que los viajes a Tecomán duraban varias horas de camino.